Guido Rodríguez se marchó de La Banda a principios de 2016. Pasó a préstamos a Defensa y Justicia y, tras una buena experiencia en el Halcón, fue vendido por 1.800.000 dólares (por el 80% del pase) a los Xolos de Tijuana, donde tuvo un gran desempeño.
Más tarde, el volante fue adquirido por el América (México). Allí también rindió y como consecuencia logró captar la atención de Jorge Sampaoli antes del Mundial de Rusia 2018. En una entrevista que le concedió a Bolavip, el joven surgido de las Inferiores del Millo repasó su etapa por Núñez y realizó una confesión.
“En lo personal me pasó que llegué a Primera y estaban Matías Kranevitter y Leonardo Ponzio, me fue imposible conseguir continuidad. En un club tan grande lo que te pasa es que tenés que destacarte sí o sí en los partidos que juegues. A veces hasta llegás a dudar vos mismo de tus condiciones. Ese es el momento en el que decidís irte a otro equipo, que puede salirte mejor o peor, pero que es terrible. Es difícil irse de un lugar en donde estuviste desde los siete años: River es una zona de confort”, manifestó Rodríguez.
¿Qué enseñanza le dejó haber compartido vestuario con un gran volante central como Ponzio? “Siempre fui mucho de observar lo que hacían los más grandes, tomarlos de ejemplo. En el caso particular de Leo me quedó grabado su seriedad a la hora de entrenar, entrenaba siempre al máximo. Es un tipo que salía a jugar todos los partidos como si fuesen una final, en ese momento trataba de absorber desde los referentes la forma de trabajar. Ponzio se mantiene en un máximo nivel, porque además de que ya es un ídolo de River, está en un gran nivel y eso va de la mano de mucho sacrificio que van más allá de 90 minutos”, sostuvo el mediocampista.