Bruno Zuculini se abraza con cada compañero que se cruza. Su imagen es un resumen de este River voraz, consciente de que siempre debe ser protagonista pese a venir de un triunfo inigualable en su historia. Apenas terminó el partido en Tucumán, donde el equipo sufrió más de la cuenta para vencer 1-0 a Atlético y meterse en zona de clasificación a la Copa Libertadores del año 2020, esa postal fue un ejemplo claro de la motivación intacta de un plantel campeón y dispuesto a seguir ganando. El gol de Cristian Ferreira, cuando iban 19 minutos del primer tiempo, permitió el tercer triunfo al hilo en la Superliga.

River mostró un buen rendimiento en la etapa inicial, producto de una sólida tarea en todas sus líneas. Si bien poco a poco empezó a mermar en cuanto a su nivel futbolístico, los defensores, volantes y delanteros lograron ejercer un dominio claro durante el principio. Lo importante fue que en ese lapso obtuvo la ventaja luego de un gran desborde de Matías Suárez. El cordobés ocupó la banda izquierda de un 4-3-3 sorpresivo, con Lucas Pratto -tarea indispensable en lo colectivo, incluyendo rechazos en la pelota parada en contra- e Ignacio Scocco acompañando en ataque, más el respaldo de Enzo Pérez y Cristian Ferreira como mediocampistas internos.

Más allá del penal insólito que Diego Abal no sancionó al comienzo por un agarrón del uruguayo Mathías Abero sobre Scocco -el árbitro aseguró que fue tapado en la jugada-, River supo conseguir la apertura del marcador después de merodear el área local. Sin embargo, el panorama cambió completamente en la segunda parte porque el Millonario perdió el control en el sector de volantes. Los atacantes no pudieron recuperar ni forzar el error, mientras que la defensa fallaba a la hora de los despegues largos para salir de atrás.

A medida que se acercaba el final, River la pasaba cada vez peor. Ni siquiera los cambios de Marcelo Gallardo fueron suficientes para mejorar la situación. Franco Armani, quien se excedió en el tiempo de correr, fue clave porque tuvo algunas intervenciones muy buenas, entre ellas un cabezazo que le contuvo a Rodrigo Aliendro. Así, pese a que no volvió a tener chances de gol en la última media hora, el Millonario obtuvo un triunfo de carácter copero en Tucumán.