Ganó, gustó y goleó. Ese debería ser el resumen de la actuación de River porque exhibió un rendimiento de alto vuelo en el primer tiempo y durante algunos momentos de la segunda parte. Sin embargo, apenas pudo llevarse un punto insuficiente de su visita al estadio Gigante de Arroyito, donde se puso en ventaja con un golazo de Juan Fernando Quintero y sufrió la igualdad definitiva de Rosario Central por un derechazo de Agustín Allione.

River tiró 20 veces al arco local: el golazo de Juanfer, diez disparos desviados, siete atajados por Jeremías Ledesma, un derechazo de Lucas Pratto en el travesaño y la avivada de Matías Suárez que concluyó en un remate al poste izquierdo. La falta de puntería fue el principal motivo para explicar por qué al equipo dirigido por Marcelo Gallardo se le escaparon las tres unidades en la cancha del Canalla.

El Muñeco hizo un planteo excelente en el primer tiempo. Dispuso un 3-3-2-2 muy flexible: Robert Rojas se lució como último hombre, mientras que Lucas Martínez Quarta y Javier Pinola completaron el fondo. Gonzalo Montiel y Milton Casco fueron los carrileros por derecha e izquierda, respectivamente, Leonardo Ponzio ocupó el eje y delante de él, con libertades, estuvieron Ignacio Fernández y Quintero para asociarse a Rafael Borré y Pratto, los puntas.

La actuación de River fue casi perfecta en la etapa inicial. El único error fue no haber obtenido una diferencia mayor para irse al descanso con la holgura futbolística que mostró y no reflejó en el resultado. Es que el Millonario fue amplio para romper por los costados, versátil para ocupar los espacios con distintos intérpretes, profundo para lastimar, rápido para contragolpear, veloz para las transiciones, agresivo para la presión, lúcido mentalmente e  inteligente para ocupar los espacios.

Semejante nivel de River podría haber concluido en goleada, pero Central alcanzó la igualdad cuando iban 42 segundos del complemento: un disparo de Allione descolocó a Franco Armani porque el balón dejó de picar antes de llegar al arco. La reacción demoró un rato hasta que los cambios le devolvieron el protagonismo al Más Grande. Matías Suárez y Nicolás De La Cruz se insertaron fácilmente al funcionamiento, pese a que el uruguayo alternó aciertos con errores.

Gallardo mantuvo la idea de explotar la espalda de los volantes rivales. Sin embargo, asumió riesgos porque De La Cruz no tuvo el retroceso de Montiel y los demás mediocampistas tampoco podían regresar tan rápido como en la primera parte. River perdió cierta precisión, Edgardo Bauza hizo ajustes en su conjunto y, además, hubo decisiones equivocadas en varios avances. Aun así, el Millo mereció llevarse los tres puntos, pero sumó uno que no alcanza en relación a lo hecho.