Por lo general en países con culturas un poco más frías, se suelen sorprender por cómo se vive el fútbol en Sudamérica en general y en Argentina en particular. Muchos de ellos no pueden creer la importancia que en nuestro país se le da al fútbol, y una clara muestra sucedió en el último Mundial de Qatar, tanto en los estadios de dicho país como también en las calles de Argentina una vez que finalizaban los partidos. La cumbre máxima fue el día en que los jugadores regresaron al país con la Copa del Mundo y no pudieron siquiera llegar al Obelisco por tierra y tuvieron que hacerlo por aire en helicópteros.

Pero a nivel clubes la locura de los fanáticos también es digna de destacar, lógicamente cada hincha con sus particularidades y a su medida. Ninguna está al nivel de River y esa es la realidad le duela a quien le duela. Es imponente saber que hace más de 36 partidos se vienen agotando las entradas para ver al Millonario y más destacable todavía es ese dato si se tiene en cuenta la magnitud del estadio: actualmente entran nada más y nada menos que 86 mil espectadores: es el de mayor capacidad de Sudamérica y en décimo a nivel mundial.

Lo que pasó entre River y Fluminense el pasado miércoles fue impresionante. El equipo jugó el partido como una verdadera final, los jugadores dejaron la vida en cada pelota y lo hicieron al compás de una hinchada que vivió el encuentro con una pasión indescriptible. El aliento fue ensordecedor, todos -popular y platea- saltando, empujando al equipo en cada recuperación, fue una muestra clara de lo que es la pasión por este deporte y el amor por este club que tan gigante es en todos los aspectos.

El video que se hizo viral

En las últimas horas comenzó a circular un video que trascendió en las redes sociales con gran impacto. Un vecino del barrio de Núñez filmó desde el balcón de su departamento al Estadio Monumental a una distancia aproximada de un kilómetro de distancia. Es impresionante lo bien y nítido que se escucha la clásica canción “River mi buen amigo”, que suele cantarse antes del ingreso de los jugadores al campo de juego. El video realmente pone la piel de gallina.