El plantel Bambino Héctor Rodolfo Veira se metió en la historia grande del Más Grande gracias a la obtención del tripelete en el inolvidable 1986: campeonato local (con vuelta olímpica en la Bombonera incluida), la Copa Libertadores de América y la Copa Intercontinental conseguida en Japón. Fue una temporada brillante para el Millonario, que además tuvo tres campeones del Mundo con la camiseta de la Selección Argentina en México ’86 como Nery Pumpido, Oscar Ruggeri y Héctor Enrique.
Más allá de la enorme experiencia y jerarquía que tenía aquel plantel del equipo del Bambino, comenzaban a aparacer desde el semillero algunos jóvenes talentos que buscaban ganar su lugar en la Primera. Por aquellos tiempos empezaron a asomar Claudio Caniggia, Perdro Troglio y Néstor Gorosito. También apareció por aquel entonces un tan Pedro Salaberry, que sorprendía por su habilidad y por ser tan escurridizo a pesar de su pequeña estatura.
Sallaberry no pudo jugar muchos partidos en la Primera de River y tuvo que buscar nuevos horizontes cuando llegó César Menotti como DT en 1988, pero vivió una época dorada del Millonario: “Tuve como competidores a Antonio Alzamendi, Claudio Caniggia, Juan Gilberto Funes, Rubén Navarro, Jorge Villazán y Jorge el Pulga Esteche. Había 10 mil delanteros delante mío y no me arrepiento de haber peleado el puesto con estos monstruos”, expresó el ex delantero del Más Grande en diálogo con Infobae.
A la hora de recordar cómo era el trato de los referentes del plantel con los más jóvenes, Pedrito Sallaberry recordó una anécdota increíble: “Era muy complicado, ¿viste? Si yo me sentaba en el lugar que se cambiaba Ruggeri, él entraba al vestuario, te miraba mal, con un solo ojo, y me tenía que ir a cambiar al inodoro, me mandaba al baño (risas). Además, la presencia que tenían esos tipos cuando ingresaban al recinto lo decía todo. Tenían un aura especial. Vivir todo eso fue fabuloso, porque aprendimos un montón de cosas, tanto con el Bambino Veira como también con Carlos Griguol como entrenadores. Pero no sólo en un campo de juego, sino para la vida misma”, reconoció.
Pedro Salaberry.
A la hora de repasar su paso por el Millonario, Sallaberry admitió: “Jugué poco. Arranqué a los 11 años en las Inferiores hasta debutar en Primera con 17. Fue positivo lo poco que me desarrollé en la máxima categoría. Me dieron pocas oportunidades y las pude aprovechar. Disputé 19 partidos, marqué dos goles. Pero jugaba muy salteado. Es por lo único que puedo decir que me fue mal, ya que jugaba dos partidos y luego pasaba un mes sin tocar la pelota. No tuve la continuidad necesaria, la chance de jugar diez encuentros consecutivos. Mi primer partido fue prácticamente a los tres años de haber llegado a Primera División”, recordó.
Un balance de su paso por River
Pedro Sallaberry asomó en la Primera de River con apenas 17 años y como una de las mayores promesas que venía del semillero. Sin embargo, le costó asentarse en el Millonario. ¿Por qué jugó apenas 19 partidos en River? “Porque había muchos delanteros delante mío”, explicó. “Yo alternaba entre la Primera y la Reserva. Estuve en el plantel de 1986 que compitió en la Libertadores como en el campeonato local, pero no jugué ni un encuentro. Viajaba con el plantel, concentraba con ellos para los partidos y estoy en las fotos (risas). Me citaban y estuve ahí”, agregó.
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Por último, reveló que sus compañeros lo hicieron formar parte del grupo más allá de que no tuvo demasiada presencia en el equipo del Bambino: “Un día, Alejandro Montenegro me llamó y me dijo: ‘Pedro, te voy a agregar al grupo de WhatsApp de los campeones del 86 porque no jugaste pero estuviste con nosotros’. A partir de ese momento, ahí estamos conversando continuamente”, concluyó Sallaberry.
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