Es el grito de guerra que baja de las tribunas cada vez que el equipo no representa a la gente desde su juego pero fundamentalmente desde la entrega. De haber habido hinchas visitantes en La Paternal seguramente esta canción se hubiese escuchado con mucha fuerza y bronca. River es un equipo sin alma. Es un grupo de jugadores totalmente frágiles en el aspecto anímico que nos acostumbraron en este último mes a ver en el campo de juego un conjunto desganado.

Sin fuerzas. Sin empuje. Cualquier rival lo supera en esfuerzo, en compromiso y en actitud. No gana una pelota dividida. Traban y pierden. Corren menos que sus adversarios. Es mas, ni siquiera se enojan. Es alarmante la falta de amor propio y orgullo de los futbolistas que hoy visten y defienden la camiseta mas importante del país. Y encima hasta pecan de cierta ingenuidad deportiva. Les manejan los tiempos de partido. Cometen faltas donde no las tienen que cometer y en el momento inapropiado. Entran en la trampa de los rivales. Se acuerdan de pelearse cuando el partido necesita continuidad y no se dan cuenta que con esos comportamientos lo único que provocan es que el juego se corte e interrumpa. Ni siquiera desde las declaraciones logran mostrar una apariencia diferente.

Las insólitas declaraciones de González Pirez

Escuchar a Gonzalez Pirez después del partido quejarse del arbitro, de la actitudes de los jugadores de Argentinos Juniors, del tamaño del campo de juego, del pasto seco es todo lo que no hay que hacer después de una actuación tan apática como la que habían tenido. Posiblemente Gonzalez Pirez sea la principal cara de las derrotas mas trascendentales del 2022 hasta aca. Y esto no significa que sea el gran culpable o una mala persona. Al contrario. Es un gran pibe, surgido del Club, que quiere lo mejor para River y no tengo dudas que se esfuerza para eso. El problema que tiene es que no le da. Lamentablemente para él, quien debe ser el principal interesado en que las cosas le salgan bien, no da la talla para esta camiseta.

Leandro González Pirez mostró muy poca autocrítica. Foto: Getty

Leandro González Pirez mostró muy poca autocrítica. Foto: Getty

Desde que Marcelo Gallardo decidió su regreso en enero 2022 hasta mayo del 2024 donde Martin Demichelis lo pone siempre como si fuese la reencarnación de Roberto Perfumo, convivió con actuaciones flojas y errores condenatorios para un puesto tan determinante como el que ocupa. Igual no se trata solo de Gonzalez Pirez. Ojo a no confundirse. En todo caso es apenas una referencia puntual, pero la lista es larga y la integran la gran mayoría de los jugadores de este plantel que no se cansan de regalar prestigio partido a partido.

Todos culpables

A ver si queda claro, no se permite con esta camiseta ver jugadores resignados, de brazos caidos y sin espíritu. Contagian negatividad adentro y afuera. En la cancha a los pocos compañeros que intentan algo (que nunca nos falte Paulo Diaz) y afuera al público que los mira. No teníamos mucho optimismo en la previa de Argentinos. No confiamos en el equipo para esta clase de choques.

Es mas, en el calculo previo lo teníamos como el partido donde posiblemente se dejen puntos. El Bicho juega bien y en su cancha gana siempre. Las nueve victorias en los últimos 10 partidos jugados por torneo en La Paternal son un indicio claro de esto. El tema es que River venía de una eliminación 3 días antes contra Temperley y ese resultado si que no estaba en los planes de nadie. Por eso este tropezón tiene otro efecto. Se suma al mal sabor de la Copa Argentina y causa más enojo todavia. No vimos reacción emocional tras el golpe sufrido ni tampoco mejoras en el juego. Todo lo contrario.

River deberá dar vuelta la página urgente.

River deberá dar vuelta la página urgente.

El tema del rendimiento es otro aspecto grave de este River 2024. El equipo no juega bien. Tiene enormes dificultades defensivas que nacen desde una mitad de cancha totalmente desarmada y regalada. No hay orden. No hay movimientos en bloque para achicar espacios y presionar. No hay respaldo colectivo para recuperar la pelota. Es el esfuerzo individual e ineficaz de Villagra para intentar oponerse a algún ataque rival. El ex Talleres aun no logra imponerse en sus duelos, corre desordenado y sin encontrar ayuda en ningún compañero.

Todos miran. Permiten recibir con espacios a los rivales. Nunca hay dos de River contra uno del adversario. No hay marca escalonada, coberturas, ni ocupación de las bandas. Sólo Paulo Díaz apaga los incendios y no siempre puede. No hay una estructura defensiva sólida y agresiva que le permita al equipo ganar en seguridad. Y esa es toda del técnico.

Demichelis no le encuentra la vuelta

No es nuevo este déficit. En estas columnas lo escribimos frecuentemente. Por lo tanto el problema existe hace tiempo y Demichelis jamas lo pudo corregir. Es el error al que no le encuentra solución. Si tiene pretensiones de ganar a nivel nacional o internacional deberá trabajar mejor este aspecto, sino las probabilidades de hacerlo serán pocas. Cambiar de esquema, elegir mejor las características de los interpretes o inculcar la convicción o el sacrificio necesario para presionar parecen algunas opciones validas a las cuales recurrir. Si su percepción cree que no es por ahí y pasa por otro lado, está bien, pero que meta mano pronto y logre con su trabajo mejorar un aspecto que River sufre todos los partidos.

Próximo partido: Copa Libertadores

Se viene Libertadores el jueves en casa frente a Táchira para ganar y quedar como el mejor primero de la Copa. Aspecto fundamental para definir en de local los mata a mata de Octavos en adelante. Y luego vendrá el flojo Tigre, también en el Monumental, para recuperar los 3 puntos perdidos este fin de semana. Ganar los dos partidos es lo minimo que se debe hacer. Son rivales ideales para volver a los triunfos. Es necesario irse al receso punteros en el campeonato.

River volverá al Estadio Monumental después de la eliminación ante Temperley.

River volverá al Estadio Monumental después de la eliminación ante Temperley.

Demichelis parece haber agotado todo su crédito. Lo muy bueno que supo conseguir en este año y medio de gestión ya fue consumido por las duras derrotas que también acumula en su ciclo. Está en cero. Deberá ganar el campeonato local o la Libertadores para poder continuar sin problemas su tarea como entrenador de River. De lo contrario será muy difícil. Parece imposible que su ciclo pueda continuar ante una nueva caída fuerte, de esas que no dan revancha. Está claro que para seguir necesita tener éxito en una de estas dos competencias. Todavía está a tiempo.

El torneo recién arranca y en la Copa va a paso firme. Deberá despertarse y actuar en consecuencia. Darse cuenta de sus errores para que no se repitan. Que su equipo está en un pozo y debe salir rápido. Tendrá que mostrar liderazgo para conducir a un plantel golpeado y sin referentes. Manejar y motivar el vestuario para romper ese estado de shock emocional. Sacar a quien tenga que sacar y poner a quien tenga que poner. Sin compromisos ni caprichos. Realizar una correcta lectura del plantel para acertar en el mercado de pases.

En definitiva, se trata de hacerse cargo de la situación y demostrar todo lo preparado que está. Que es el DT indicado para este momento difícil. Tiene mucha tarea por delante ya que de aquel buen equipo 2023 que supo construir va quedando poco y si el problema de actitud y rendimientos de los jugadores persiste, será el quien lamentablemente termine pagando con su cargo. Ojalá pueda por el bien suyo y de todo River. Ojalá lo sepan ayudar quienes lo rodean. La derrota contra Argentinos dejo posiblemente la peor versión futbolística de su ciclo. Y eso no se debe volver a repetir. Lo sabe Demichelis y lo sabemos todos.