Manuel Lanzini volvió a River con la ilusión de ser aquel jugador que se fue del club diez años atrás, siendo una de las grandes figuras del equipo campeón que dirigía Ramón Ángel Díaz. Sin embargo, su retorno estuvo muy lejos de lo soñado e imaginado, por los hinchas y hasta por el propio jugador. Su nivel nunca volvió a ser el mismo y las lesiones lo persiguieron más de la cuenta.
Luego de sufrir un desgarro en el último amistoso de la pretemporada de verano, a Manuel Lanzini le costó volver a estar en plenitud desde lo físico. La recuperación le demandó más tiempo de la cuenta y debió hacer una puesta a punto ya con la competencia empezada. No fue fácil meterse en la dinámica de un equipo al que tampoco le salieron las cosas, sobre todo en los partidos decisivos.
Los amistosos significaron un dolor de cabeza para el 10 de River, que volvió a lesionarse en un encuentro informal y a puertas cerradas frente a Tigre, en el predio de Ezeiza. Esta vez no fue una cuestión muscular, sino una fractura del primer metatarsiano del pie derecho. Una lesión que le demandará, al menos, dos meses de recuperación. Y que generó cierta preocupación pensando en su continuidad.
La lesión de Manuel Lanzini y el final de su contrato
Más allá de la desazón por estar fuera de las canchas, la lesión de Manuel Lanzini obligará a las partes a sentarse a negociar y a repensar el futuro del mediocampista millonario. Es que su contrato vencerá el próximo 30 de junio, justo en medio de su recuperación de la fractura. Una situación que extenderá su continuidad en el club, ¿pero por cuánto tiempo?
Por una cuestión reglamentaria, al tratarse de un jugador lesionado, el vínculo de Manuel Lanzini con River se extenderá automáticamente, al menos hasta la fecha en la que reciba el alta médica y pueda volver a la actividad. Pero hay otra cuestión a resolver: el futbolista deberá resolver si decide continuar en el Millonario o si se marcha con el pase en su poder.
Manuel Lanzini ya mantuvo algunas charlas con Martín Demichelis y también con algunos directivos del club. El último sábado estuvo en La Paternal, acompañando a sus compañeros y con una bota de yeso en su pie derecho. ¿Se queda o se va de River? Ahora la pelota la tiene el 10.