La Copa Libertadores fue, durante muchos años, un trofeo esquivo para River. Dejando de lado los enormes planteles que conformó en 1986 y 1996, para el Millonario no fue tarea sencilla afrontar la máxima competencia internacional. La falta de jerarquía y experiencia terminó muchas veces jugando en contra. Y en otras ocasiones, la fortuna acompañó muy poco y la moneda cayó del otro lado. Hasta que llegó Marcelo Gallardo y cambió la historia para siempre.
Hubo un hecho inédito y extra deportivo, absolutamente inesperado, que terminó por derrumbar el sueño de River en la Copa Libertadores 2005: la peleay la traición entre Horacio Ameli y Eduardo Tuzzio. Una discusión que trascendió los límites del vestuario y que impactó directamente en los ánimos de un grupo, que tenía muchas chances de levantar el trofeo más importante del continente.
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En diálogo con La Página Millonaria, el propio entrenador de aquel equipo, Leonardo Astrada, admitió que los problemas internos terminaron dinamitando el sueño copero: “Nos faltó resolver ese problema que tuvimos. Si hubiéramos podido traer dos centrales, yo creo que hubiera sido otra cosa, porque era un plantel tremendo”, afirmó el Negro.
Por su parte, Leonardo Astrada le confesó a LPM que vislumbró una pequeña luz al final del túnel, pero no alcanzó: “Después de los inconvenientes, un poco nos repusimos. Pero también pasan esas cosas del fútbol”, explicó el ex volante del Más Grande.