Una de las grandes virtudes que mostró Sarmiento en el último tiempo es el balón detenido. Al menos desde que Israel Damonte se hizo cargo de la dirección técnica del equipo de Junín, hizo del juego aéreo y de los lanzamientos al área una sus armas más letales. Por eso, Marcelo Gallardo tomó nota y también algunas precauciones en su visita al Verde, en un partido clave para definir las aspiraciones de ambos equipos en el torneo.

Ya desde el inicio del encuentro se dio un desarrollo friccionado y con mucho roce, juego que le conviene al local por la característica de sus jugadores y por ese plus que significa la pelota parada. Lo curioso es que ante cada falta en campo de River, el equipo del Muñeco apeló a una estrategia novedosa: plantó una línea de jugadores parada a unos treinta metros de su arco. Por su parte, Franco Armani también se adelantó unos metros y se paró casi en la puerta del área, como para anticipar un posible envío al área.

Más allá de las virtudes del rival de esta noche, el Millonario quiere revertir una racha adversa en materia defensiva: recibió goles en los últimos seis partidos que disputó por la Copa de la Liga. La última vez que terminó con la valla invicta en la Copa de la Liga Profesional fue el 13 de marzo, ante Gimnasia de La Plata por la fecha 6. Luego pasaron Boca, Defensa y Justicia, Argentinos, Banfield, Talleres y Atlético Tucumán y todos le convirtieron al menos un gol. Algo había que corregir y el laboratorio del Muñeco metió mano.