La pretemporada de River fue tan corta como exigente. Marcelo Gallardo y su cuerpo técnico enfocaron la preparación en el primer objetivo del año: vencer a Independiente el domingo 19 de enero. Sin embargo, el partido previsto para las 19.10 corre riesgo por el conflicto entre varios clubes de Primera División, respaldados por la AFA, y la Superliga, encargada del fixture y la organización.

Históricamente todoel fútbol argentino estuvo bajo la órbita de la AFA, pero hace dos años y medio pasó a tener un doble comando: además del organismo con sede enViamonte 1366,la máxima categoría depende de la Superliga luego de que se conformara el ente para obtener mayores beneficios económicos en concepto de derechos televisivos. En ese contexto, hoy existe un enorme disconformismo en buena parte de los clubes de la elite.

River, parado en la vereda del respeto hacia un calendario acordado en tiempo y forma, aguarda que el Comité Ejecutivo de la Superliga pueda hacerse fuerte entre el miércoles y jueves que viene, cuando sufra la presión de quienes pretenden que la competencia comience más tarde para no sufrir la ausencia de los jugadores convocados a la Selección Argentina Sub 23. En esos días se resolverá si sostener la programación prevista -excepto en las últimas dos fechas- o postergar dos semanas la continuidad del certamen.

¿Qué pasa si hay marcha atrás? No sólo deberá realizarse un nuevo cronograma, sino que además quedará pendiente otra vez el compromiso ante Independiente, postergado oportunamente por la participación de River en la final de la Copa Libertadores. Y, como si fuera poco, esa alteración provocará que el máximo torneo continental coincida con el cierre del campeonato local, un hecho que puede afectar la planificación del Muñeco.