Es una consagración que no solo engrosa las vitrinas del Club. También reafirma el camino elegido. Fortalece los cimientos construidos luego de esa rajadura que apareció post Copa Libertadores. Es que River no solo cerró el 2023 levantando un Trofeo. Además revalidó ese rótulo que tanto le gusta al hincha millonario: Es el equipo del país que mejor juega al fútbol. Contra Rosario Central fue 2 a 0 pero si era por 4 o 5 goles estaba bien. La supremacía fue absoluta.

Es cierto que ese rendimiento, que despertó admiración y aplausos durante el primer semestre, sufrió un bache pronunciado en la segunda parte del año. Nadie lo puede negar. A River le costó mantener la imagen de equipo superlativo. Aparecieron las dudas. Los enojos. Y hasta cierta histeria e irrespetuosidad en la gente. Demichelis fue el apuntado. Si; el mismo que escuchó al Monumental gritar que de su mano todos la vuelta iban a dar, tambien debio convivir con el dedo acusador de un sector de hinchas que se enfocaron en lo negativo sin darle valor al camino recorrido.

Siempre se afirmó y aseguró que el Post Gallardo iba a ser traumatico para River. Había sentencias apocalipticas sobre la vida del Club sin su entrenador símbolo sentado en el banco. Por suerte para todos esto no fue así. Esta claro que nadie olvidará al mejor DT de toda la historia, pero también es real que en apenas 6 meses River salió Campeón jugando bárbaro y 4 fechas antes.

River gritó campeón en Santiago del Estero.

River gritó campeón en Santiago del Estero.

¿Demichelis logró olvidar a Gallardo?

Demichelis mejoró en este 2023 la producción de un 2022 vacío de alegrías. Consiguió 2 títulos en su primer año de gestión. Ganó los 2 clásicos frente a Boca que siempre son “mini campeonatos” dentro de los campeonatos. Potenció jugadores que venían de una floja temporada y eran mirados con desconfianza. Resolvío el grupo más difícil de la Copa Libertadores logrando el pasaje a la siguiente ronda, donde empato con Inter y quedo eliminado por ese karma de toda la vida llamado penales.

Quedo invicto en los clásicos: 6 jugados 5 ganados y 1 empatado. Consiguió el 65% de efectividad. Elaboró una racha inedita de 35 partidos consecutivos convirtiendo goles. Fue el equipo que más partidos ganó: 28. El que menos perdió: 7. Y el que más goles convirtió: 78. En la zona regular sumó 85 puntos en el año. Cifra inalcanzable para sus rivales. Le sacó 18 puntos de diferencia a Talleres que salió 2do. 21 a San Lorenzo, 24 a Boca, 25 a Racing y 34 a Independiente.

La sonrisa de un técnico que sabe que ganó un partido de más de tres puntos. (Foto: LPM / Diego Haliasz).

La sonrisa de un técnico que sabe que ganó un partido de más de tres puntos. (Foto: LPM / Diego Haliasz).

Paliza numérica a todos los grandes. Quienes además (salvo el Ciclón) todos perdieron a su DT durante una etapa de grave inestabilidad futbolistica por la cual River, aún en malos tramos, nunca llegó a transitar. Convirtió al Monumental en una verdadera fortaleza. Todos vinieron con miedo y mostraron mucho respeto al equipo de Demichelis. De local fue abrumador y logró el récord histórico de 20 victorias consecutivas. Algo nunca antes conseguido en 122 años de vida.

El tropezón innecesario de Demichelis con el off con los periodistas

Todo esto es tan real como que también hubo errores. Quizás lógicos por su inexperiencia pero que debieron haberse evitado. Algunos jugadores postergados. Otros sostenidos aún sin mostrar su mejor versión. Cambios o planteos que en algunos partidos no salieron bien. Pero el gran error no forzado fue el famoso OFF con los periodistas. Esto generó una ruptura en la paz del vestuario. Situación que condicionó al entrenador y lo dejó haciendo equilibro a la hora de tomar decisiones que no solo buscaran rendimientos en el campo de juego sino que tambien acomodaran las diferencias internas.

Así, de esta manera llegó a fin de año. Posiblemente como pudo y no como pretendía. Pero así y todo lo cierra festejando. Ganando una final. Sumando una estrella mas. Poniendo a la gente de River otra vez en el marco de un festejo.

Por todo esto el balance da positivo. El año de Demichelis esta aprobado. Y la expectativa para lo que viene, ya con un año de experiencia encima, entusiasma. El hincha puede levantar su copa a fin de año y brindar por un 2024 de muchos éxitos deportivos. No tengan dudas que así será. Habra que apoyar y por supuesto exigir. Pero River esta en buenas manos y transitando el camino correcto.