Venía de hacer una montaña de goles en Rosario Central, había llegado al club en una etapa donde Gallardo necesitaba un nueve que se pusiera la camiseta e inflara las redes y la ilusión de los hinchas estaba por las nubes. Marcelo Larrondo fue un refuerzo casi estrella de River en 2016. Pero más que transformarse en estrella, todo quedó en una simple ilusión. Las constantes lesiones lo opacaron demasiado a tal punto de que pasó sin pena ni gloria por Nuñez.
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Solo marcó dos tantos en River (ante Guaraní y Racing) y apenas pudo disputar 14 partidos en un lapso de dos años. Gallardo le bajó el pulgar, estuvo a préstamo en algunos clubes y hace poco firmó en Deportivo Maipú, equipo mendocino de donde es oriundo. Venía de estar seis meses sin jugar tras quedar libre de Audax Italiano de Chile.
Mientras se pone a punto para poder jugar en la Primera Nacional, el delantero recordó su frustrado paso por el Más Grande: “Las lesiones que tuve no fueron muy complicadas, menisco y cartílago. No fueron de ligamentos cruzados ni nada. Capaz que la ansiedad mía, del club, de todos… las recuperaciones eran más largas y eso me jugó en contra. En el momento en el que no quería estar mal, me pasó. Pero bueno, el pasado es pasado“, dijo en diálogo con D Sports Radio.
Contó que no la pasó para nada bien durante esa época porque además de ser un jugador profesional, era hincha del club: “El que más lo sufrió fui yo por la ilusión que tenía, más siendo hincha de River. Uno siempre quiere dar todo en el club de sus amores“, expresó.
Y agregó, con mucha crudeza: “La verdad que fue un momento difícil, me miraban y me lesionaba, no podía salir de esa nube oscura. Son cosas que te pasan en un club que te exige al 100 por ciento, hoy le pasa a Matías Suárez. El club te exige, te exige, te exige y el cuerpo te pasa factura“.