Probablemente lo más lindo del fútbol es la pasión que despierta y si de pasión se trata en Argentina se vive con un nivel de intensidad difícil de explicar. Afortunadamente millones y millones de chicos tienen al deporte en sus vidas y no hay nada más sano que eso, porque el deporte los aleja de la calle y la mala vida, además cuando uno es chico sueña con ser tal o cual futbolista y ese faro a seguir propone una ilusión, una meta a futuro.
El plantel de River tiene muy claro la pasión que despierta en los millones de fanáticos que hay en el mundo y por eso es habitual que cuando hay viajes al extranjero o a las provincias, se agolpen miles de hinchas en las puertas de los hoteles y busquen alguna foto o firma de sus ídolos. Los futbolistas se toman el tiempo de salir a saludar y compartir ese hermoso momento con los hinchas que viven una experiencia sin igual.
En esta oportunidad el gran protagonista fue Franco Armani. El Pulpo mantuvo la valla invicta por octavo partido consecutivo en la Liga Profesional y una vez que terminó el duelo ante Independiente se disponía a encontrarse con su esposa y su hijo pero antes se encontró con una nena llamada Julieta que lo estaba esperando.
El emotivo encuentro
Julieta estaba en el estacionamiento interno del Monumental junto a su padre y tenía una carta entre sus manos. Como no podía ser de otra manera tenía la camiseta de River puesta con el número 1 en la espalda. Al ver a Armani ya comenzó la emoción total y empezó a caminar en círculos. Luego llegó el Pulpo y tras saludar al papá de la nena, la abrazó fuerte y recibió la carta. Una vez que se fue, Julieta se abrazó a su papá y no pudo contener las lágrimas de emoción.