Vaya. No se quede afuera. Si usted está en la Feliz, hágale pata a River. Dele su apoyo. Aunque falten algunas figuras. Vuelve la banda roja a pisar el verde césped. Como ya es costumbre arranca allí. Cerca de donde sus nenes juegan con el baldecito y la palita. Donde el pibe escribe sobre la playa, “River capo”, “River te amo” o “El Más Grande”. Donde usted tira su toallón con el escudo y la sigla CARP. Donde se cruza con gente de todo el país. Alguno se delata por su muñequera, un tattoo, se sienten el olor y por lo bajo le tira: ¡aguante River!. Y como no se le va a escapar si ya no da más. Se muere por ver al equipo en cancha de nuevo. Los domingos se hacen cada vez más insoportables y Messi hace tantos goles en Europa que ya aburren.
Usted muere por ver a Amadeus Carrizo, la sangre eterna del Pelado, el glamour de Lamela, al Tanque que parece que lo vamos a tener menos de lo que creíamos, al pedazo de jugador que pinta ser Lanzini, al Enano dejando el resto antes de su partida también. Y al resto de gladiadores que hicieron arena, como hace años no lo hacían. Se preparon como para enterrar los fantasmas que nos vinieron asolando definitivamente y sueñan con devolverle a su público el apoyo incondicional que recibieron en el 2010. A ese respaldo conmovedor le deben un título.
Por eso, si usted está allí. No se lo pierda. Vaya con los chicos, con la familia. Vístase con los colores de la banda. Y dese ese gusto. Se lo recomiendo. River en Mar del Plata tiene historia de verdad. No sólo Enzo hizo el gol de chilena más lindo de la historia del futbol, la noche que el gran equipo del Bambino, el Campeón Intercontinental, venció a Polonia 5-4, luego de ir perdiendo 4-1. Hace 37 años, Néstor Rossi le preguntaba a un un pibe que llegaba de Chacabuco para jugar de fulback izquierdo si se animaba a jugar de número tres. La respuesta del chico fue: ¿Y usted se anima a ponerme?. Claro, el rival era Boca y el joven, Daniel Alberto Passarella. El defensor más goleador de la historia de River con 99 goles y mil hazañas. Ese que vivió la peor tragedia que puede vivir alguién en la vida siendo técnico del club y quien hoy ha resignificado la misma accediendo a la presidencia del club más importante de la República Argentina.
Vaya. Si ya siente el mismo cosquilleo que uno, no se reprima. Disfrute. Hace falta su presencia. Hay que elaborar la partida de Ortega. La falta de presupuesto para comprar figuras de primer nivel. Vaya aunque no estén todos los que usted quisiera ver. Pero, con usted se garantiza el aliento otra vez. Y está ahí, la gloriosa otra vez en cancha. Contra Racing, otro rival importante, de toda la vida. Que es buena medida. Y hay promesa de buen futbol. Arranque el año acompañando, como nos tiene acostumbrados. Primer partido del 2010, justo cuando se inicia la conmeroración de los 110 años de su nacimiento. De pasión, de emoción, de amor incondicional, de leyendas, talentos, cracks, frustraciones, dolores y alegrías inconmensurables.
Vaya, porque es el más campeón con sus 33 torneos oficiales obtenidos, el que más jugadores le dio a la Selección, porque su semillero siempre está volviendo. Y vaya por esta historia. Acaso… ¿quién la tiene en el mundo?. Haga el ejercicio de hacerles memorizar estos nombres: Bernabé Ferreyra, Peucelle, Pedernera, Cesarini, Carrizo, Baez, Moreno, Muñoz, Labruna, loustau, Distefano, Rossi, Walter Gómez, Sívori, Menéndez, Prado, Ramos Delgado, Varacka, Alfredo Perez, Matosas, Cubilla, Ermindo y Daniel Onega, Laraignee, Dominichi, Pinino Más, Perico Perez, Perfumo, Morete, Raimondo, Fillol, Merlo, Jota Jota López, Alonso, Pedro Gonzalez, Luque, Ortiz, Commisso, Kempes, Troglio, Gorosito, Tarantini, Ruggeri, Gallego, Funes, Alzamendi, Alfaro, Morresi, Carlos y Héctor Enrique, Basualdo, Gordillo, Higuain (padre e hijo), Medina Bello, Berti, Monserrat, Comizzzo, Astrada, Zapata, Borrelli, Ortega, Enzo, Sorín , Placente, salas, Saviola, Placente, Angel, Aimar, Saviola, Celso Ayala, Rojas, Demichelis, Gallardo, Falcao, Buonanotte, Almeyda y el Gran capitán, entre otros.
Piense en cada uno de ellos y sienta cada domingo que nos regalaron. Y ahora, justamente estos pibes de hoy, que son los que necesitan del apoyo de la hinchada más seguidora y fiel. Hágale sentir a sus hijos esa felicidad que alguna vez usted sintió de chiquilín y si le dan ganas cuéntele, que aunque River no ponga toda la carne al asador hay un motivo especial: reservarlos para el clásico. Porque otra vez esos pibes “van a correr sin parar”.
Imagen: Fotobaires / Archivo