Pese a que le costó demasiado e incluso podría haber sufrido la apertura del marcador en Liniers, River venció 1-0 a Vélez y tuvo como mejor noticia el gol de Alario. Pero las salidas de Ponzio y Casco dejaron preocupación, así como la sequía prolongada de Saviola.
Sin aspiraciones en la recta final del torneo, River juega para sumar, afianzar movimientos y, lógicamente, para dejar en alto su orgullo. En ese contexto, la victoria de esta noche sirve como inyección anímica. Si bien es cierto que la formación estuvo integrada por suplentes y la inclusión circunstancial de algunos titulares, siempre es mejor seguir corrigiendo rendimientos desde la confianza alimentada por los tres puntos.
Más allá del éxito en Liniers, la mayor alegría durante estas horas es al vuelta de Lucas Alario. Autor del gol para el triunfo, tras un centro que envió Gonzalo Martínez por izquierda, exhibió un desempeño ajeno a cualquier tipo de molestia. Incluso, podría haber estirado la diferencia. En la otra vereda, las salidas de Milton Casco y Leonardo Ponzio dejaron preocupación, así que serán evaluados para descartar o no lesiones musculares.
El partido en sí mismo arrojó un saldo con poco para rescatar en materia de funcionamiento colectivo. A River le costó desarrollar un fútbol prolijo. Hubo imprecisiones propias y otras que fueron forzadas por un Vélez joven, inocente en varias acciones, aunque veloz físicamente. La defensa sufrió en el costado de Camilo Mayada y, por momentos, concedió ventajas al tener una zaga de cruces clave, pero inédita a la hora de resolver situaciones puntuales.
Sin embargo, Julio Chiarini tuvo dos intervenciones indispensables para sostener el cero. En la primera etapa, voló para evitar que un cabezazo de Emiliano Amor terminara en gol, mientras que en la segunda le tapó un mano a mano clarísimo a Hernán Toledo, uno de los jugadores que más inquietaron a River. Emanuel Mammana y Leandro Vega también aportaron en otros cruces para ayudar, así como subsanar sus desacoples eventuales.
Cuando la igualdad en cero prometía ser título de los medios, el ingreso de Alario torció el rumbo. A River le permitió tener una referencia clara adelante, haciendo que el 4-2-3-1 se desarrollara mejor. Javier Saviola, de movimientos interesantes en algunos pasajes, desperdició una chance increíble: de contra, asistió al Pity, quien lo puso de cara al gol. Pero el palo izquierdo le negó el grito al Conejo.
A diferencia de Saviola, Alario sí se dio el gusto, luego de un centro de Martínez. Ocurrió a los 36 minutos del segundo tiempo, cuando definió en zona de goleador. Enseguida, como consecuencia de una doble amarilla, Damián Pérez fue expulsado. De ahí en adelante, River estuvo más cerca de ampliar la distancia en el marcador que Vélez de alcanzar la paridad. El tanto de su delantero, tras un mes de inactividad, fue suficiente para conseguir tres puntos en el Amalfitani e irse con una buena inyección anímica.
+ VIDEO: gol de Alario:
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+ Gallardo respaldó a Saviola.