A través de una columna de opinión publicada en la revista mensual de la AFA, Gallardo palpitó una hipotética final con el conjunto catalán y destacó el presente del Millonario. Además, analizó las diferencias entre la Libertadores y la Champions League.

Cada vez falta menos. En un lapso inferior a tres meses, River viajará a Japón para intentar conquistar el mundo por segunda vez en su historia. Claro, esto genera una ilusión inmensa tanto en los fanáticos como en el cuerpo técnico del Millonario.

Por eso, Marcelo Gallardo, quien estudió el último juego de Barcelona ante Bayer Leverkusen, por la Champions League, comenzó a palpitar un posible duelo ante el equipo Culé: “Ante la posibilidad de enfrentar al Barcelona en una hipotética final del Mundial de Clubes, mi idea siempre es intentar jugar de igual a igual contra cualquier rival, y tengo un equipo que está preparado para eso.

“Sería una falta de mi parte afrontar ese compromiso pensando que no lo podemos ganar. Recuerdo que cuando disputamos la Intercontinental en 1996, la Juventus nos pasó por arriba físicamente, no nos dio una chance. Ahora, en cambio, siento que estamos listos para competir con el Barcelona”, confesó el Muñeco, en una columna de opinión en la revista oficial mensual de la AFA.

Además, el entrenador del Más Grande analizó la obtención de la Copa Libertadores: “El gran mérito de estos jugadores de River es que nunca se achicaron. Seguramente va a ser cada vez más complicado conseguir títulos, pero hay que seguir siendo competitivos y no relajarse. Tenemos que defender la Sudamericana, un torneo que va bien con nuestra manera de jugar, con partidos de eliminaciones directas, duelos de 180 minutos. Este equipo puede ganar o perder, pero no creo que te deje a gamba, ya que tiene hambre, temperamento y está mentalmente preparado para jugar finales”.

Finalmente, Gallardo comparó el certamen del continente americano con la Champions League europea: “Las competiciones en Sudamérica tienen un condimento especial, nada que ver con lo que sucede en Europa. Acá no te preparan una alfombra roja como allá, donde además las distancias a recorrer son más cortas y el clima es parejo. Acá, en cambio, hay frío, calor, altura, llano y tenés que salir a jugar. Lo que quiero decir es que el sabor de ganar en Sudamérica es único. No es fácil porque se juega como vivimos, con demasiada adrenalina y euforia, con una pasión desbordada y desequilibrada”.

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