Después de cinco años y medio con muy pocos minutos jugados y muchas salidas a préstamo, el ciclo de Joaquín Arzura en River llegó a su fin. El volante había arribado a Nuñez desde Tigre a principios de 2016 por la importante suma de 1.600.000 dólares y nunca pudo estar a la altura de lo que buscó Marcelo Gallardo con su contratación. Tras volver de su quinta cesión en el Panetolikos de Grecia y sin ser tenido en cuenta por el Muñeco, Arzura acordó con la dirigencia la rescisión de su contrato que era vigente hasta junio de 2022.

 

 

Es el jugador número 39 que se va en condición de libre durante el mandato de Rodolfo D'Onofrio, sin dudas el talón de aquiles del actual presidente de la institución. Durante su estadía, Arzura solo pudo disputar 17 partidos con la banda roja y marcó un gol, ante Unión por Copa Argentina. A mediados de 2017 Gallardo le bajó el pulgar y arrancó un largo periplo de préstamos en distintos países y clubes: Almeria y Osasuna de España, Nacional de Uruguay, Huracán y el último en Grecia. En ninguno de los clubes logró un gran nivel que los sedujera a ejecutar las respectivas opciones de compra y el único final posible para la historia era la libertad de acción.

 

¿Dónde seguirá su carrera Arzura?

El próximo destino del volante central estará en el centro del país, más precisamente en Instituto de Córdoba. A pedido del entrenador Marcelo Vázquez, la Gloria se lleva a Arzura como cuarto refuerzo de cara a la segunda rueda de la Primera Nacional a coste cero. Según indicaron desde el entorno del jugador, tanto River -tenía el 60% del pase- como Tigre -el 40% restante- acordaron no guardarse ningún beneficio de una futura venta por lo que la ficha pasa a estar 100% en manos del propio futbolista, que firmará un contrato hasta diciembre de 2022 en Córdoba.