El Millonario venció 2-0 a Estudiantes de La Plata con una actuación destacada tanto de Armani como Maidana y Pinola, autor del primer gol. Scocco ingresó muy bien y aportó el tanto restante para dejar octavo al Más Grande en la tabla de posiciones, donde se encuentra en zona de clasificación a la Copa Sudamericana.
River logró su séptima victoria en las últimas ocho presentaciones correspondientes a la Superliga. La floja campaña inicial causó que la situación en la tabla de posiciones no permitiera ilusionarse con el acceso a la Copa Libertadores ni la pelea por el título, pero esta versión del equipo causa entusiasmo, sobre todo porque muestra solidez defensiva y derrocha fortaleza anímica para afrontar cualquier circunstancia. Hoy dio otra muestra de ello porque desde el fondo se empezó a construir el éxito frente a Estudiantes, teniendo en cuenta que Javier Pinola, tras un tiro de esquina generado y ejecutado por Gonzalo Martínez, abrió la cuenta cuando iban 10 minutos del primer tiempo. Además del grito del zaguero, Franco Armani resultó clave nuevamente porque le negó cuatro veces el empate a la visita, mientras que Jonatan Maidana también brindó seguridad mediante sus cruces.
Sin embargo, el Millonario es mucho más que un conjunto fuerte atrás. Cuando un jugador no responder futbolísticamente, su reemplazante aporta soluciones. La confianza del equipo está en plenitud. Asume riesgos, ataca con mucha gente, desprende a sus laterales e incluso libera a Pinola, quien no sólo puso en ventaja a River, sino que además cortó muchos avances del Pincha y, como si fuera poco, se soltó para sumarse a la búsqueda ofensiva en algunos lapsos. Por momentos existe buena circulación con la salida desde abajo como génesis, un Leonardo Ponzio inteligente y volantes que se mueven para impedir que los adversarios tengan referencias puntuales para contrarrestarlos. Por eso el capitán es el único mediocampista con posición fija, dejando que los demás intercambien sus sectores de gestación.
La victoria de hoy en el estadio Monumental ratificó el buen momento de River. Si bien es cierto que venía de un 0-0 ante Colón, el funcionamiento consiguió una suerte de base que le garantiza llegada al área de enfrente, circuitos de juego, pequeñas sociedades y la dosis justa de agresividad colectiva cuando hay que recuperar el balón. Otro aspecto que ya se hizo costumbre es la entrada positiva de quienes entran desde el banco. En esta oportunidad Ignacio Scocco marcó un golazo luego de un centro de Lucas Pratto desde la banda derecha. El Millonario desperdició varios contragolpes por el exagerado recurso de picar la pelota en distintas resoluciones. Aun así, más allá de sufrir por las pelotas paradas de Estudiantes, sumó tres unidades que lo dejaron muy cerca de clasificarse a la próxima edición de la Sudamericana.
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