Somos millones. Millones en Argentina, millones en América, millones en Europa, millones en el mundo entero. Somos felices de vestir el mismo uniforme aunque no seamos del mismo lugar. Somos todos del mismo equipo, en las buenas y en las malas. Estamos orgullosos porque somos River.

En medio de spots borrados y machaques a la historia de uno de los clubes más importantes del país, me es inevitable que mi termómetro de orgullo por ser de River siga y siga creciendo aunque pareciera imposible alcanzar un nivel más alto. ¿Nunca les pasó estar de vacaciones y que te hablen porque tenés puesta la camiseta de River? No se ustedes, pero a mi me produce una sensación hermosa que me levanta la frente y me hace hablar del Millonario como si fuera un hijo o un familiar.

Que en España te hablen de Di Stéfano, que en Colombia puedas quedarte mil horas hablando con un mozo sobre sus cracks que gritaron goles con el Manto Sagrado, que en Uruguay decenas de jugadores hayan derramado litros y litros de sudor vistiendo esta camiseta, que en Estados Unidos te digan "el Pity Martínez que loco que está", y así puedo seguir con miles de puntos más en el globo terráqueo.

No tenemos que inventar o alterar videos para hablar de aquellos jugadores o glorias mundiales que se arrodillan ante las virtudes del Más Grande. ¡Zidane hasta le puso a su hijo Enzo, por Francescoli! Gloria eterna de River. Ah, y uruguayo. No necesitamos hablar de 'pueblo' y amor por los colores cuando domingo tras domingo vemos a tipos como Enzo Pérez representarnos adentro de una cancha.

¿Japón? Hermoso recuerdo cercano tenemos de cuando invadimos el hermoso país asiático en 2015 y enamoramos a un pueblo luego de haber colapsado cualquier cálculo histórico de cantidad de hinchas argentinos en Asia.

No puedo dejar afuera del sentimiento de alegría que me produce ser de River a todos aquellos hinchas que por distintas razones viven lejos de Argentina (sean argentinos o no), y siguen a La Banda a la distancia, copan Times Square, playas, metrópolis europeas, porque la pasión no se siente más o menos por los kilómetros. 

Pido perdón por todos los países que no nombré en esta nota, mucho más para todos aquellos jugadores actuales y ex que fueron o son parte fundamental de nuestra felicidad diaria, pero son tantos y tantos que al igual que el amor que sentimos por River, no entra ni en mil millones de palabras.