River no atraviesa su mejor momento, es un boxeador –que suele ganar- que recibió una trompada y todavía está tratando de acomodarse. Por más que algunos consideren que quedó knock out, aquellos que piensan eso es porque no conocen a Marcelo Gallardo y a los referentes de este plantel que jamás fueron tumbados por nadie. Pretender ganar todo lo que se juega es infantil, nadie vive ganando y lo importante en el fútbol de hoy en día, con las dificultades económicas que hay en nuestro país, es poder mantenerse en la pelea. No hay que ser conformista y siempre hay que ir por más –si hay alguien que lo sabe es Marcelo Gallardo- pero a veces hay que entender que en los grupos tan exitosos, sostenerse arriba no es sencillo.

¿Quién puede negar que el ciclo de Marcelo Gallardo es el más glorioso en la historia de River? Si desde los números hasta el gusto del hincha lo avalan. El Muñeco hizo más grande a un gigante y eso fue con trabajo, sacrificio, grandes jugadores y una idea que no se modificó jamás, más allá de las intérpretes. Eso es lo que debe llenar de orgullo a los hinchas, que el equipo puede ganar, empatar o perder pero siempre va a ir al frente, va a jugar al fútbol como la historia de River lo exige y después los resultados podrán darse o no.

El 2021 de River fue uno de los años más atípicos de sus 120: comenzó jugando las semifinales de la Libertadores ante Palmeiras, en la Zona Campeonato de la Copa Diego Maradona, luego hubo un pequeño descanso en el cual perdió a su mejor jugador: Ignacio Fernández. La Copa de la Liga y la fase de grupos de la Copa Libertadores se jugaron en simultáneo y de los seis refuerzos que llegaron solo un par se adaptaron rápidamente al mundo River, cuando el semestre llegaba a su final un brote de Covid generó que 22 de los profesionales se contagien al mismo tiempo y eso generó que Enzo Pérez tenga que atajar un partido entero por la Copa Libertadores, el cual el Millonario ganó 2 a 1.

A mediados de año, la pretemporada se realizó en Orlando, pero varios futbolistas no pudieron realizarla ya que jugaron la Copa América con sus selecciones, por otro lado se fue el goleador del equipo –Santos Borré- y en una negociación fugaz llegó Braian Romero se convirtió en refuerzo del equipo de Gallardo. El segundo semestre comenzó con los octavos de final de la Copa Libertadores y desde el 14 de julio hasta los días que corren no hubo una semana en la que el Más Grande no haya jugado dos partidos, lo que genera una exigencia tanto física como futbolística y mental importante.

La realidad es que los resultados no fueron los esperados en la Copa Argentina –eliminación por penales ante el eterno rival- ni en la Copa Libertadores –quedó afuera ante un gran equipo- y el andar en la Liga Profesional es tan irregular que lo tiene al equipo de Gallardo en el segundo pelotón, es decir que con una serie de victorias consecutivas se acomodará entre los primeros. Pero el gran problema de esta actualidad es que River no encuentra regularidad, ni un once de memoria ni tampoco la eficacia necesaria para generar confianza desde la victoria.

¿Tan mal está River?

Considerar que el equipo de Gallardo está en crisis es absurdo, un equipo que viene de mantenerse en la pelea de la Copa Libertadores en los últimos años, que llega a las instancias finales de los últimos torneos locales y que tiene buenos pasajes de fútbol no es para considerar un mal momento. Simplemente que los hinchas se acostumbraron a ganar siempre y hay que entender que eso no se puede, no es real vivir ganando y más en un futbol tan exigente como el argentino, que no se jugará como en las mejores ligas de Europa, pero que genera un desgaste físico y mental que es poco comparable con el Viejo Continente.

Lo que River tiene que buscar es tranquilidad, hay futbolistas que entran un puñado de minutos y quieren demostrar todo en su primera intervención, hay otros que juegan con las críticas en las redes sociales presente y no puede desarrollar su juego con naturalidad, hay otros que intentan hacer el segundo gol antes que el primero. Es una cuestión de paciencia lo que está sufriendo River, sino no se entiende cómo hay una escasez tan grande de eficacia en un equipo que genera situaciones constantemente. Por otro lado será importante afianzar un 11 inicial que se sostenga en el tiempo y poder sostener los rendimientos altos del equipo a lo largo de los 90 minutos.

River cuenta con un plantel de primer nivel, tiene como mínimo dos jugadores de categoría por puesto y los pibes de Reserva piden pista y cuando juegan suelen generar buenas sensaciones. Además tiene al mejor entrenador del continente y es cuestión de pasar rápido la página de las eliminaciones, de encontrarse con el juego lo antes posible, de poder sostenerlo en el tiempo y de mejorar la efectividad ofensiva, si logra eso volverá a la senda del triunfo.