La sede de la final de la Copa Libertadores sigue siendo una incógnita. A pesar de los reiterados mensajes de la Conmebol para ratificar a Santiago de Chile, la situación social del país trasandino obligan a pensar que la mudanza es una opción cada vez más factible. De hecho, el presidente Sebastián Piñera anunció la suspensión de la cumbre APEC (un  Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico) que se debía realizar los días 16 y 17 de dicimbre, una semana antes del choque entre River y Flamengo. Y como si fuera poco también dio de baja otro encuentro (COP25) que estaba programado para diciembre.

Piñera explicó que "dadas las difíciles circunstancias que ha vivido nuestro país y que hemos vivido todos los chilenos durante las últimas semanas" tomó estas decisiones y agregó que "la primera prioridad como gobierno es concentrarnos en restablecer plenamente el orden público y la paz social". Así, entonces, no se llevará a cabo este encuentro del que iba a participar, por ejemplo, Donald Trump, presidente de los Estados Unidos. Mientras que Vladimir Putin ya había anunciado que se bajaba del viaje a Chile debido a la situación que se estaba viviendo en ese país.

Este escenario político y social sin dudas obliga a plantearse si la mudanza de la final de la Copa Libertadores está cada vez más próximas, más allá de que la Conmebol ha querido mostrarse firme en la decisión de mantener la sede elegida hace más de un año. Más allá de que hoy se estén vendiendo las últimas entradas disponibles para el partido que debería jugarse el próximo 23 de noviembre en el Estadio Nacional, los próximos días serán decisivos para confirmar en qué cancha se disputará ese encuentro.