El delantero fue determinante para que River venciera 2-1 a Emelec. Autor del primer gol, causó riesgo en todo momento y se retiró aplaudido por los hinchas.

Cada vez juega mejor. Poco a poco empieza a asentarse en el circuito futbolístico de un River al que se sumó con una base armada. Lucas Pratto no sólo comenzó a rendir, sino que además se reencontró con el gol, tan importante para cualquier atacante.

Tras una chance desperdiciada al principio del partido (Esteban Dreer amortiguó el remate y luego contuvo la pelota antes de que cruzara la línea del arco), tuvo su revancha en la segunda oportunidad: cuando iban 20 minutos del complemento, sacó un potente derechazo para vulnerar al arquero de Emelec.

Más allá de la conquista, el Oso aportó movimientos interesantes, participó de la acción del segundo gol, se asoció al funcionamiento colectivo e incluso retrocedió para contribuir en la marca. Además del premio por el grito, recibió una catarata de aplausos al ser reemplazado por Exequiel Palacios, a los 32 minutos de la etapa final.

Con cuatro goles (Godoy Cruz, Defensa y Justicia, Rosario Central y el mencionado Emelec, las víctimas) en 15 partidos oficiales vistiendo el manto sagrado, Pratto resultó determinante esta noche. Fue la figura de un Millonario que logró quedar como líder del Grupo D en la Copa Libertadores.

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