Javier Pinola es el ejemplo perfecto de profesionalismo. Tiene más de 39 años y hace tiempo perdió el puesto, de hecho en los últimos mercados de pases River sumó bastantes centrales y él tranquilamente podría estar jugando en un equipo con menores exigencias o inclusive en Nuremberg, club en el que es ídolo absoluto. Pero no, Pinola es un animal competitivo, un líder natural y positivo que contagia a todos sus compañeros y que se gana el puesto luchando en los entrenamientos.

Solamente hay una palabra que puede resumir lo que el hincha de River siente por él: orgullo. En esa definición se puede describir a la perfección lo que genera ese zaguero central que con 39 años deja la vida en cada práctica y que todavía sigue llegando a su casa enojado si no le toca jugar, de hecho en las declaraciones posteriores al partido el propio Pinola le agradeció a todos sus compañeros y también a su familia, que son los que lo respaldan en todo momento.

Seguramente a muchos de los chicos que están dando sus primeros pasos en Inferiores, también a los de Reserva y a aquellos chicos que recién se sumen al plantel profesional tengan que aprender mucho de Javier Pinola, porque profesionales de su talla son muy difíciles de encontrar, pero afortunadamente en River hubo y hay muchos en los últimos años: Leonardo Ponzio, Jonatan Maidana, Enzo Pérez, Franco Armani, Milton Casco, por nombrar solamente a algunos de los que marcan el camino del grupo con seriedad, humildad y que verdaderamente son líderes positivos que son determinantes para conseguir el éxito.

Pinola volvió a convertir y quedó detrás de Labruna en un ranking

El marcador central, que volvió a la titularidad luego de siete fechas, jugó un muy buen partido ante Newell’s y conformó una muy buena dupla central con Emanuel Mammana. El duelo lo ganaba River 2 a 0 con goles de Solari pero en la segunda mitad descontó el visitante y quedó a tiro pero Javier Pinola ganó en lo alto en un córner y venció la valla de Lautaro Morales, así fue que volvió a convertir luego de tres años.

El marcador central se convirtió así en el segundo jugador con mayor edad en anotar con el Manto Sagrado en toda la historia de River, lo hizo con 39 años, 5 meses y 18 días. El que encabeza esta lista es nada más y nada menos que Ángel Labruna que lo hizo con 40 años, 1 mes y 13 días.