Con la obsesión de la cuarta Libertadores como prioridad absoluta en sus cerebros. Allí en suelo norteamericano ustedes comenzaron a darle forma a un sueño al que sólo le queda un paso, y será ni más ni menos que en la madre de todas las batallas. Llevan en sus adentros un privilegio y una responsabilidad que nunca más volverán a sentir, y lo bueno es que tienen todas las herramientas futbolísticas para dar ese gran golpe. 

Franco, llegaste para ésto. Sabés de qué se trata una final, y nos trajiste hasta acá con atajadas que no voy a olvidar nunca. Sé vos, con eso alcanzará y sobrará. Jony, tenés bien en claro que sería el broche de oro que merecen tus últimos 8 años y medio de puro corazón que nos entregaste. Leo, te esperamos para la vuelta en casa, porque no imaginamos terminar la historia sin tu presencia. Sé que vas a hacer hasta lo imposible por estar.

Javier, lo soñaste toda tu vida. Son tus colores. Es la copa que te desveló tantas noches. Contagiá fiel a tu estilo, y que esa muralla siga siendo impenetrable. Gonzalo y Milton, con la concentración y la responsabilidad que demostraron a lo largo de todo el semestre. Dejando el todo por el todo.

Enzo, para vos también será lo más especial de tu existencia. Te pido que lo juegues con el corazón caliente del hincha que tenés, pero con la cabeza más fría que puedas encontrar en tu brújula. Pala, seguí maravillándonos en la búsqueda de ese techo infinito que no querés tocar nunca. Brillá. Consagrate. No dejes de volar.

Pity, te invito a enloquecerte con tu talento, a enloquecernos con tus gambetas y tus enganches, y a enloquecerlos como cada vez que jugaste en esa cancha. Rafa, que todo ese oportunismo hermoso que mostraste en octavos, cuartos y semis sea protagonista también en la final para conseguir una marca histórica. Lucas, dejate llevar. Tirales el carro encima y pasalos por arriba como si no hubiese un mañana.

Zucu, con ese entusiasmo que te caracteriza si te toca jugar y con todo ese hambre de gloria que te brota desde que llegaste. Juanfer, necesitamos de tu jerarquía. Que esas pinceladas de tu zurda iluminen otra vez el cielo y abran todos los caminos para el desequilibrio. Nacho Fernández, si entrás que sea con aquella lucidez que mostraste en Mendoza. 

Chino, alerta máxima porque cualquier amarilla no deseada te va a convertir en una pieza clave de la final, y vos ya demostraste más de una vez estar a la altura de los grandes desafíos con la camiseta que amás. Morita, vaya si sabés de escribir páginas especiales en la copa Libertadores. Nacho Scocco, ojalá llegues pleno mañana, y si así no fuera guardate ese gol que soñaste para coronar el sueño de tu vida el 24 en Núñez.

Muñeco del alma, ¿qué más decirte? Seguramente trascenderás a cualquier resultado que venga por delante. Pero salir victorioso de esta final de ensueño te llevará indiscutidamente a sentarte en la cabecera de la mesa más gloriosa de nuestra historia. Y vos, Matías, llená nuestras almas de orgullo como cada vez que te paraste delante del banco de suplentes.

Hoy vuelven a estar todos unidos en Cardales, como aquella vez en Estados Unidos. Júntense en las mismas cuatro paredes. Cierren los ojos. Inflen sus pechos con la energía que les va a llegar de sus seres queridos y de todos nosotros. Recuerden aquella foto que se sacaron en la pretemporada. Y cúmplanse el sueño que proyectaron cuando inmortalizaron esa imagen grupal. Hagan delirar de pies a cabeza a toda la familia riverplatense.

Porque la sensación posterior a ganar una final de tamaña magnitud les juro que no se la van a olvidar nunca más, y nosotros tampoco. Vamos unidos en el camino hacia la GLORIA inmortal. La que se escribe entera en mayúsculas, porque no existe otra igual.