Qué desesperados están, por favor. Verlo al Chiqui Tapia una y otra vez remarcar que es el mejor técnico del fútbol argentino. Escucharlo a Angelicideseoso de observarloentrenar con el escudo de la AFA. Lo contratan a Menotti, y la primera pregunta que le hacen en todos los medios en los que salió es si va a hablar con Gallardo en algún momento. ¿Será que apelarán a ésa última jugada para tratar de convencerlo? El tiempo dirá, pero la realidad es que cada día que pasa con el buzode DT deRiver es una puñalada eterna para ellos, y para tanto otros.
Nosotros como hinchas no comemos vidrio, y tenemos algo bien en claro. Los caminos del Muñeco y la Selección en algún momento se van a cruzar, porque es inevitable. Porque todo entrenador lo sueña, y porque además él sabe que con su capacidad y la de todo su cuerpo técnico está en condiciones de llevarnos a ganar una tercera copa del mundo. Rivertiene al mejor, y eso es indiscutible, y Gallardo también tiene el sueño latente de dirigir un Mundial. Negarlo sería de necios.
¿Pero se acuerdan lo que decía Angelito Labruna? “Yo ya dirijo la Selección Nacional, que es River”, y tenía razón, como siempre.Por esolos hinchas también sabemos que en el corazón de Gallardo no hay ninguna motivaciónmás hermosa que seguir construyendo su megaproyectoen su casa.
Eseproyecto que contempla todo.Desde los pibitos que recién empiezan a tocar una pelota hasta el último profesional de su plantel. Desde los lugares de entrenamiento hasta la planificación de cada viaje o pretemporada. Desde llamar a cada refuerzo para conquistarlo, hasta el estado del césped o de las canchas auxiliares. Desde la disciplina diaria en el vestuario hasta la docencia con cada grupo de chicas y chicosque se cruza en el club.¿Realmente creen que para el Muñeco puedaexistir un mejor desafío en la vida que ése?
Qué desesperados están, por favor. Los entiendo igual. Porque tantos golpes sufridos a loscorazones xeneizesde la cúpula de la AFA en el último tiempo aplican a tirar un manotazo de ahogado tras otro, para que River con su gran líder no les siga amargando todas las fiestas que ya tenían organizadas.
Pero aflojen un poco con la desesperación. Dudo que ese sea el camino para conquistarlo. Aunque ojo, si quieren seguir intentando con las mismas recetas, mucho mejor para nosotros. Porque mientras más desesperación les salga por las venas, más tiempo se quedará a vivir en el banco más grande y lindo del mundo. Sigan así.