Una vez más, el uruguayo demostró que es una opción muy importante cuando falta algún titular. Además del gol para el 1-1 definitivo entre River y Emelec, siempre inquietó a la defensa rival.
Hace casi un año que perdió su lugar entre los once. La explosión de Sebastián Driussi relegó a Rodrigo Mora. Lejos de caerse por completo, la Pulga supo reinventarse gracias a la perseverancia y el respaldo de Marcelo Gallardo.
Más allá de ser atacante neto por naturaleza, el uruguayo comprendió que como extremo puede rendirle bastante al equipo. Generalmente, por derecha, aunque también exhibió movimientos acertados en la banda izquierda. Así halló una nueva variante ofensiva.
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Esta noche, el Muñeco ubicó a Mora bien abierto por el costado derecho en un 4-3-3. A partir de ahí, Rodrigo inquietó bastante al fondo de Emelec. A través de su poder desequilibrante en el cara a cara, generó dos jugadas de pelota parada: un tiro libre y un córner.
Como si fuera poco, el punta de 29 años ejecutó el tiro de esquina en la única chance clara para River en el primer tiempo -un cabezazo apenas elevado de Carlos Auzqui- y pateó de manera eficiente el penal para el 1-1 definitivo. Así llegó a 37 goles oficiales en 155 partidos vistiendo el manto sagrado.
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