Sorprendente decisión de Marcelo Alberto Barovero que deja el Burgos de España, club en el cual el 23 de mayo pasado había conseguido el ascenso a la Segunda División. Pero el destino del arquero de 37 años estará nuevamente en el fútbol mexicano: firmará contrato con Atlético San Luis, equipo que milita en la Primera División del país azteca. Será el tercer equipo de Trapito en dicho país, ya estuvo en Necaxa entre 2016 y 2018 y de hecho ganó la Copa Mx, luego pasó al Monterrey y allí obtuvo el máximo certamen continental: la Liga de Campeones de la Concacaf en 2019.

Trapito atajando para Monterrey ante Liverpool en el Mundial de Clubes 2019. (Foto: Getty).

Trapito atajando para Monterrey ante Liverpool en el Mundial de Clubes 2019. (Foto: Getty).

Para la temporada 2020/21 llegó al Burgos y allí compartió plantel con Leonardo Pisculichi, otro referente de la era Gallardo. Trapito atajó en 26 oportunidades y solamente recibió 15 goles, además mantuvo la valla invicta en 16 oportunidades. Su logro más sobresaliente fue el ascenso a la Segunda División del fútbol español. Su destino estará en Atlético San Luis, club que se fundó en 2013 y tiene sede en la ciudad de Potosí, el propietario mayoritario es el Atlético Madrid y en 2019 ascendió a la Primera División. Su último campeonato dejó mucho que desear ya que finalizó en la posición número 17 sobre 18 equipos. Será compañero de Camilo Mayada, con quien compartió plantel en River entre 2015 y 2016.

Su paso por River

Trapito quedó en la historia grande de River, fue un arquero que con su perfil bajo y a base de excelentes rendimientos se ganó el cariño de la gente que cada vez que pisaba el Monumental ovacionaba al arquero nacido en Porteña, Córdoba. Barovero llegó a Núñez a mediados de 2012 y de inmediato se ganó la titularidad, por aquel entonces dirigía al Más Grande Matías Almeyda, luego pasó Ramón Díaz y también se mantuvo en el arco más grande del mundo. A mediados de 2014 llegó el Muñeco y su situación no cambió. Partido tras partido Trapito agigantaba su figura. Fue determinante en la obtención de la Copa Sudamericana 2014 –quedará par la historia el penal atajado a Boca- y también de la Copa Libertadores 2015. Su ciclo en Núñez finalizó en 2016, pero será recordado por la eternidad.