“Comíamos lo que encontrábamos con mi novia”. El duro testimonio de Facundo Affranchino sobre su paso por Ecuador durante la pandemia está lejos de lo que se puede imaginar sobre un jugador que está en plena carrera profesional, siete años después de jugar en River. Pero la realidad fue así de dura, lamentablemente.
Aunque cueste creerlo para un futbolista de 30 años que siempre se mantuvo en un buen nivel competitivo, el asunto realmente fue difícil ante la falta de pago. “Fue una supervivencia. La cuestión era llenar la panza de alguna manera. Un compañero me ayudó un poco, pero no podía pedir mucho porque no sabía si lo podía devolver. No tenía sueldo, no tenía dinero y la sufrimos mucho”, explicó Affranchino, en diálogo con Télam.
Tras llegar a un acuerdo para jugar en Olmedo, el volante no debutó. Entre el parate por la cuarentena obligatoria y el incumplimiento de la dirigencia, su situación económica se hizo insostenible: “El vicepresidente me había bloqueado el teléfono. Fue una locura, nunca se preocuparon por mí, fue un sufrimiento porque encima mi familia no podía hacer nada. En 13 años de carrera nunca viví una situación así; no se lo deseo a nadie”.
Gracias a la gestión de la embajada en Ecuador, el ex-River logró regresar al país mediante un vuelo de Aerolíneas Argentinas. Sin embargo, el recuerdo de Riobamba sigue latente: “Me asusté mucho porque al que estaba infectado nadie lo iba a buscar, nadie lo atendía. Te recuperabas o te morías. De hecho mucha gente se murió en las casas, con cadáveres que permanecieron cuatro días en sus domicilios. Las familias hasta quemaron los cuerpos de la víctimas en las calles, cuerpo tirados en los contenedores de basura”.