"Iván, voy a cubrir la conferencia de prensa de Martín. ¿Vamos?". Eran las 10 de la mañana del miércoles cuando Hernán Cortéz, un fotógrafo cordobés, le propuso a Iván Capella viajar desde Justiniano Posse -el pueblo donde nació Demichelis- hasta el Monumental. Iván no lo pensó dos veces y se subió al auto junto con Federico, su hijo mayor. "Salimos un rato después. Son 500 kilómetros, más de cinco horas de viaje. Pero nos cruzamos con dos accidentes en el camino y llegamos con lo justo. Cinco minutos antes de que arrancara la conferencia", le cuenta Iván a La Página Millonaria.

Capella es amigo del nuevo técnico de River desde la infancia. Es parte de ese grupo que se hace llamar La Clase, todos nacidos en 1980. Y si bien él no era de los más hábiles con la pelota sino que era el músico de esa bandita de amigos, forjó una relación muy cercana con Micho, que se afianzó en segundo año de la secundaria cuando se sentaban juntos. "Martín es el possense más famoso. Cuando viene acá no tiene problemas de nada, anda por el pueblo como uno más. Cuando quedó afuera del Mundial, cuando fue al Mundial, cuado salió campeón con River o con Bayern, el pueblo siempre lo recibió con caravana, autobomba, bomberos... Es una celebridad. Todo el mundo lo quiere. Y acá nadie le quita la paz, se llena de cosas buenas, de energía", comenta Iván.

 

 

La relación de tantos años también tuvo a River como denominador común, ya que ambos son fanáticos del Más Grande. "No tengo dudas de que está viviendo un sueño que se está haciendo realidad. Hasta hace unos días, nos escribíamos después de todos los partidos de River y comentábamos. Lo que dijo de Gallardo es verdad: él me decía que su deseo era que el Muñeco se quedara a vivir en el club, los dos decíamos 'que no se vaya nunca'", confiesa el amigo de Demichelis y, con una sonrisa, lamenta en parte que ahora sea el nuevo DT: "Ahora pierdo un compañero para comentar los partidos, nos escribíamos y compartíamos alegrías y tristezas como hinchas".

A la hora de recordar y buscar una anécdota que muestre el fanatismo de Micho por River, Capella retrocede su memoria hasta el viaje de egresados a Bariloche. "Martín es de River desde chiquito, pero yo siempre me acuerdo cuando lo pasé a buscar por la casa para irnos a Bariloche, en el 98. 'Vos no te olvidás del club ni para ir de viaje de egresados, te podrías despegar un ratito de ese fanatismo', le dije porque el bolso que llevaba tenía el escudo de River. Si bien todavía no había debutado, no había chances de que se despegara de su sentimiento por River", relata Iván.

Pero volviendo a la tarde del miércoles pasado, cuando Demichelis fue presentado como sucesor de Gallardo, Iván y Federico se sentaron en la tercera fila del auditorio, del lado donde estaban el resto del cuerpo técnico, los directivos y las glorias millonarias como el Beto Alonso, Fernando Cavenaghi y Hernán Díaz. Allí fue donde en un momento los vio el propio entrenador. Cuando terminó la conferencia de prensa, ellos dos esperaron unos minutos para que pasara el revuelo mayor de abrazos y felicitaciones hasta que pudieron acercarse a Micho.

"¡Mirá cómo creció!", fue la primera reacción de Martín al ver a Federico, de 11 años: la última vez que habían estado juntos fue tres años atrás, en el festejo del cumpleaños número ocho que hubo en la casa de los Capella en Justiniano Posse. "Hacía mucho que no nos veíamos. Fue emocionante. Ahí fue cuando Martín le dijo a Fede 'esta camiseta es para vos' y se me llenaron los ojos de lágrimas. No lo pude filmar porque no veía el teléfono", cuenta con felicidad Iván, que recuerda textual las palabras que le dijo su amigo a su hijo mayor (José Jesús, de 3 años, se había quedado en Córdoba): "Fede, cuando te vi ahí sentado sentí que esta camiseta tenía que ser para vos. Te la doy porque sé que uno de tus sueños es jugar acá. Seguí soñando y jugando siempre a la pelota".

Federico no se quiso sacar más la camiseta que le había regalado Demichelis. Recorrió el Monumental como nunca antes, siempre con la banda puesta por más que el talle era demasiado grande para él. Y le aclaró a su papá que no quiere que se la use. "Como en casa tenemos varias camisetas encuadradas y dedicadas por Martín, me dijo que la próxima vez que lo veamos le va a pedir que se la firme para después ponerla en un cuadro también", comenta Iván y agrega sobre Federico: "Está feliz. Y todos nosotros también porque sabemos que todo lo que logró Martín es un mérito por su vocación y todos esos valores que él describió. Sacrificio, humildad, seriedad, capacitación... Todo eso es él, cuando dice eso se está describiendo a sí mismo porque es lo que fue desde chico".