Cara a cara y sin bajar el tono de voz. Parecía que el asunto iba a terminar a golpes de puños y con incidentes generalizados porque nadie cedía un centímetro en la cálida noche del Parque Kennedy, pero los hinchas de River y Flamengo dieron una clase de folklore.

La crónica merece ser contada en detalle: el equipo de La Página Millonaria salió a buscar material color que tanto caracteriza una final de Copa Libertadores en sus días previos. Luego estaba prevista la cena. En el medio del recorrido surgió la idea de hacer un informe sobre la jornada a través de Facebook Live, aunque la situación fue mejor que la prevista.

Enseguida llegó un grupo de hinchas de River que arribó con un esfuerzo enorme a Lima: micros y combinaciones de todo tipo, incluyendo el famoso “haciendo dedo” en las rutas chilenas. Con bolsos y equipaje encima, ese conjunto de simpatizantes se instaló en una punta del Parque Kennedy y empezó a alentar. Enfrente, calle de por medio, la misma cantidad de gente de Flamengo.

Además de cantar por el Millonario, los argentinos chicanearon, sonrisa incluida, a los brasileños, quienes respondieron también, mezclando apoyo a sus colores y bromas. Sin embargo, los fanáticos del Mengao, mostrando un escudo enorme, decidieron redoblar la apuesta y se acercaron mientras hacíamos el Facebook Live.

Daba la sensación de que la paz llegaba a su punto final, con los ciudadanos peruanos como testigos. La seguridad de la zona ni siquiera se arrimaba. Una vez en la misma vereda, los hinchas de Flamengo se acercaban. Los de River no retrocedían un paso. La tensión crecía en pocos minutos.

Cuando la incertidumbre ya había ganado protagonismo sin que las canciones dieran pausa, alternando de un lado a otro al mismo tiempo que las miradas se cruzaban intencionalmente, pasó lo impensado. Cara a cara, siguieron cantando. Como si se hubiera pactado un duelo de tribuna a tribuna, pero de una baldosa a otra.

En River la artillería apuntaba a Boca, a Flamengo (“gana la Copa, la pu… que te parió”) y obviamente al respaldo hacia los colores propios. Del otro lado, palpitando un “tres a zero”, descripción gráfica y recordando la época más difícil del Millonario. Con grandeza y orgullo por el presente multicampeón del Más Grande, la contestación fue con la seguridad de que el equipo estará a la altura de las circunstancias.