Los superclásicos te marcan, para bien o para mal. Un gol te puede catapultar a Europa o puede hacer que tengas un lugar de privilegio en el corazón y la mente de los hinchas. En la otra vereda, jugadores que por errores,  equivocaciones o por no dar la talla en este tipo de partidos perdieron terreno y terminaron dejando el club en el corto o mediano plazo. En la antesala del Súper del domingo en La Boca, en La Página Millonaria decidimos homenajear a aquellos héroes que se lucieron en La Bombonera y quedaron en el recuerdo del hincha.

En esta oportunidad el recuerdo es para Fernando Cavenaghi, de quien no hace falta hacer mucha descripición. Ídolo total de la gente, volvió al club de sus amores en el peor momento, levantó la Copa Libertadores en 2015, el broche de oro de su carrera, y se cansó de hacer goles con la camiseta del club de su vida. Pero antes de convertirse en Cavegol, el oriundo de Bragado dejó su huella ante Boca en sus primeros años como futbolista del Millo, allá por 2004.

 

La fiesta que llevó River a las tribunas esa tarde. Colosal.

La fiesta que llevó River a las tribunas esa tarde. Colosal.

El superclásico inolvidable de Cavenaghi

Cavegol jugó muchos partidos contra Boca, pero ninguno tan inolvidable como el del Clausura 2004. Por la fecha 14 de aquel campeonato, el equipo dirigido por Leo Astrada, que peleaba el torneo, tenía que visitar La Bombonera para enfrentar a un Xeneize que venía invicto. Y ya desde temprano, Fernando demostró que había nacido para grandes momentos.

37 minutos del primer tiempo, cero a cero, córner desde la derecha, Claudio Husaín la peina y Cavegol apareció solo por el segundo palo para conectar el testado de arremetida y dejar sin chance de reacción al Pato Abbondanzzieri. Automáticamente, salió corriendo a festejarlo besándose el escudo y mirando a las bandejas superiores de La Bombonera donde estaba la fiesta riverplatense.

El complemento fue totalmente del Millonario, que incluso pudo haber ampliado la diferencia y no sufrió en su arco. Como suele ser habitual en los superclásicos, ninguno de los dos terminó con los 11 en cancha: el local sufrió las expulsiones de José María Calvo y de Carlos Tévez mientras que en el Millonario Eduardo Tuzzio vio la tarjeta roja. Con solo 21 años, Cavenaghi ya había enmudecido a La Bombonera, además de que con ese triunfo River quedó momentáneamente puntero del campeonato y luego terminó ganando aquel Clausura 2004.

Ese día el Millonario básicamente le sacó el campeonato a su eterno rival, presenció una gran función de Maxi López, que luego sería vendido al Barcelona en una millonada, y el bautismo de gol en un superclásico de uno de los jugadores más queridos e importantes de la historia de la institución. Cavegol for ever.