Jairo Patiño fue uno de los tantos colombianos que llegaron al fútbol argentino entre fines de la década del 90 y comienzos del 2000. En River se habían destacado los pasos de Juan Pablo Ángel y Mario Yepes, en ambas oportunidades habían dejado un gran recuerdo en los hinchas, uno por haber convertido una cantidad importante de goles y el otro por haber rendido de muy buena manera en la faceta defensiva. Jairo Patiño había tenido tres pasos por Deportivo Cali y también había jugado en Atlético Huila y Deportivo Pasto cuando llegó a Newell’s en 2003. Tras una interesante en el elenco rosarino, Patiño llegó al Más Grande y la expectativa fue muy grande.
Patiño había demostrado ser un mediocampista interesante, con muy buena pegada y por entonces llegaba a River para pelear un puesto en la mitad de la cancha. El colombiano estuvo en Núñez entre 2004 y 2006 y su paso fue pobre tanto desde el rendimiento como desde los títulos, no logró dar ninguna vuelta olímpica con el Manto Sagrado. En 2007 regresó a su país para jugar en Atlético Nacional y allí fue campeón, luego regresó al fútbol argentino para vestir la camiseta de Banfield, una temporada más tarde jugó en San Luis de México y los últimos años de su carrera fue en su país natal. Regresó a Atlético Nacional –y volvió a ser campeón-, estuvo en Cúcuta Deportivo, Deportivo Pasto y cerró su carrera como profesional en Boca Juniors de Cali.
Su carrera como DT
Una vez que colgó los botines, Patiño incursionó en la dirección técnica. En 2017 asumió como DT de Club Llaneros, luego estuvo en Bogotá Fútbol Club donde se sentó en el banco de suplentes en 42 oportunidades. En 2020 tuvo un breve paso por Cúcuta Deportivo y su nuevo desafío comenzó a mediados de 2021 cuando tomó las riendas de un grande de la Segunda División del fútbol colombiano: el Real Cartagena. Será la cuarta experiencia para Patiño al frente de un equipo, siempre dirigió en su país y el claro objetivo para esta temporada es ascender a su equipo a la máxima categoría.