Un superclásico puede cambiar para siempre la carrera de un jugador y eso fue lo que sucedió en 2014 con Ramiro Funes Mori. Hasta aquel 30 de marzo de 2014 Ramiro era un futbolista que luchaba por un puesto con Éder Álvarez Balanta. El hincha lo respetaba y más que nada por haber salido de la cantera del club pero todavía no había un cariño especial, como el que hay hoy en día.
El 30 de marzo de 2014 el River de Ramón Díaz visitó al Boca de Bianchi por la décima fecha del Torneo Final. El Más Grande estaba en la lucha y sabía que un triunfo en la Bombonera sería clave para afrontar las últimas fechas con un envión anímico importante y así lo hizo, de hecho luego se terminó coronando campeón.
La defensa titular de aquel entonces de River estaba conformada por Mercado, Maidana, Balanta y Vangioni. Pero como el Piri estaba expulsado y no podía jugar en la Bombonera fue que Ramón decidió ponerlo al Mellizo Funes Mori como lateral por izquierda. El duelo se jugó en un terreno de juego algo pesado producto del mal tiempo.
El marcador se abrió recién a los 13 minutos del segundo tiempo y el autor del tanto del Más Grande fue Manuel Lanzini que se asoció de muy buena manera con Teo Gutiérrez. Riquelme estableció el 1 a 1 diez minutos más tarde de tiro libre y cuando el partido parecía que iba a terminar 1 a 1 fue que apareció Ramiro Funes Mori.
El Ramirazo
A los 41 minutos del segundo tiempo River seguía buscando y de hecho tuvo un córner que fue ejecutado a la perfección por Lanzini, Funes Mori ganó en lo alto y gracias a una pésima salida de Agustín Orión fue que conectó de cabeza y la pelota entró. El Melli se sacó la camiseta y lo gritó como loco. El partido terminó y River volvió a ganar en La Boca luego de 10 años. Funes Mori quedó en la historia y se ganó un lugar en el corazón del hincha.