Sebastián Driussi es uno de los tantos hijos del semillero riverplatense que llenan de orgullo al hincha. El delantero, además de haber salido de las Inferiores de River, es fanático del club y puede que ese nivel de fanatismo le haya jugado en contra a la hora de pensar en un regreso a Núñez. Lógicamente que en sus declaraciones –cundo dijo que en junio volvía al Más Grande- no fueron con mala intención, sino fue un deseo que desafortunadamente por el momento no se podrá cumplir. Los factores son varios, pero uno de los más importantes es el económico, Zenit no dejó libre a Driussi, sino que negoció su salida y si bien todavía no se confirmó, su destino estaría en el Austin de la MLS.
Sería iluso pensar que cualquier club del fútbol argentino puede estar al mismo nivel que un club de la MLS para negociar la salida de un jugador, de más está decir que lo mismo corre a la hora de ofrecerle un contrato a cualquier futbolista, en la MLS se paga en dólares, en Argentina en pesos y con el valor del dólar con topes, por lo que venir a jugar a Argentina no es nada sencillo. Igualmente Sebastián Driussi todavía es muy joven, apenas tiene 25 años y mucho por delante, su deseo es volver al club que le dio la oportunidad y probablemente en un futuro cuando las negociaciones sean más sencillas, volverá.
El adiós al Zenit
Sin dudas que el paso de Sebastián Driussi por Zenit estuvo marcado por el éxito, el oriundo de San Justo llegó al elenco de San Petersbiurgo a mediados de 2017 y en estos cuatro años obtuvo seis títulos. En total jugó 138 partidos, marcó 25 goles y brindó 23 asistencias. Hay que aclarar que en la mayoría de sus partidos jugó como volante por izquierda, posición en la cual no se siente del todo cómodo ya que prefiere jugar como delantero y esa fue una de las razones por las que ya había amagado con dejar Zenit.
Su carta de despedida
Driussi publicó en su cuenta de Instagram: “Luego de cuatro años defendiendo los colores de esta maravillosa institución, hoy me toca despedirme. Conocí personas de primer nivel y me llevo conmigo hermosos recuerdos que siempre guardaré en mi corazón. Quiero agradecer a todo el staff de Zenit, cuerpos técnicos, utilero, ayudantes, a todos mis compañeros, y en especial a todos los fans por el cariño. Un gracias muy especial a toda la gente de San Petersburgo y a todo Rusia, un país de enorme riqueza humana, por abrirme las puertas desde mi llegada y por el trato que me brindaron siempre. Gracias Darío, Áurika y Max, mis ayudantes en esta aventura en Rusia. Davai Zenit”.