Marcelo Gallardo asumió como DT de River a principios de junio de 2014. Y el primer refuerzo que logró sumar al plantel fue Julio Chiarini, que venía de brillar en Instituto. Cinco años y medio después, y ya retirado, el ex arquero guarda un gran recuerdo de su paso por La Banda.

"Siempre le voy a estar agradecido a Marcelo. No cualquiera me hubiera dado esa oportunidad. Se la jugó por mí, que venía de la B Nacional. De ahí en adelante cambió mi vida. Cumplí un sueño. Ahora lo dimensiono más. Lo veo desde afuera y digo 'uy, mirá en dónde estuve'. Me cambió la vida en todo. Yo jugué en casi todas las categorías del fútbol argentino. Sabía que me iba a llegar la chance de pegar el salto a Primera, pero imaginaba que en un club más chico. Nunca imaginé que sería River. Soy un afortunado. Me pongo a ver fotos y me cae la ficha, porque en ese momento no me caía tanto", indicó el hombre de 37 años, en una entrevista que le concedió a Olé.

Incluso, Chiarini reveló que todavía padece el hecho de haberse marchado del Millonario, a mediados de 2016: "Hasta el día de hoy sufro haberme ido. Quedé la historia del club pero no de la forma que me hubiese gustado: jugando y siendo protagonista".

¿Qué fue de su vida tras el retiro a fines de 2018? "Estoy en Villa María (Córdoba), disfrutando de la familia y empezando con un proyecto de representación de jugadores. De poquito nos vamos metiendo. Estoy viendo si me gusta. Este mercado es una linda prueba para ver si arrancamos con el pie derecho. Por el momento lo voy a hacer acá en Córdoba: fui papá de una nena hace poquito y quiero estar con ella porque además la mamá trabaja", contó el ex-Instituto.

"Físicamente estaba 10 puntos: lo que me cansó fue lo que pasó en Tigre. Me quisieron hacer operar de una lesión con la que tranquilamente podía jugar. Es más, no me la voy a operar: es en un tendón de un dedo y la tienen miles de arqueros. El tema es que se les cerraba el mercado y tenían que vender un jugador. Entonces, tomaron esa decisión conmigo. Fue inesperada y me hizo mal", agregó Julio sobre su salida del Matador.

Consultado acerca del mejor arquero argentino, Chiarini no dudó y eligió a Marcelo Barovero, con quien compitió por el puesto en Núñez: "Es el mejor, lejos. Me encanta, es muy completo. Después Armani y después, bueno, Chiarini, lejos lejos. Yo soy un peleador. Tuve la virtud de que me entrenaba bien. Si no, ni siquiera hubiese llegado... Andrada me gusta mucho, pero el mejor argentino es Barovero, siempre me gustó. Tuve su sombra, pero aprendí mucho de él. Me cuesta entender que no esté en la Selección. Yo lo tuve al lado y sé la clase de arquero y persona que es. Fue ídolo en River y ahora lo aman en México, donde también fue campeón. Para mí es el mejor de todos. Igualmente, lo de Armani es meritorio: llegó, se sentó en el arco de River y demostró ser un arquerazo. Los dos están en la historia grande de River".

 

 

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Su mejor momento en River: "La atajada contra Juan Aurich, los dos penales que atajé contra Colón , pero también tuve partidos malos. No me puedo quejar de las oportunidades que me dieron. Aunque pasa el tiempo y sigo con esa espina de no haberme quedado con el arco cuando se fue Barovero para poder ser un Armani. Siempre fantaseé con ser el titular y más cuando se fue Barovero. ¿A quién no le gustaría ser un Armani, un Barovero, y ser el ídolo de la gente?"

Las ganas que tenía de entrar ante Barcelona por la final del Mundial de Clubes 2015: "Tenía unas ganas terribles de entrar por lo menos cinco minutos para disfrutar. Pero veo los videos y se me pone la piel de gallina. Fue hermoso ver a Messi y a esos monstruos, me acuerdo de cada detalle. ¡Lástima que me tocó el doping, llegué tarde y no pude cambiar ninguna camiseta!"

La relación que le quedó con algunos compañeros en River: "Tengo buena onda con todos: a Ponzio lo veo seguido, con Batalla y Barovero nos escribimos, Alario, Driussi, Mora... Siempre les escribo y me contestan, ese grupo tenía una humildad increible".