"Hagamos en el FIFA un River vs. Boca, final de la Libertadores", "¡No me vas a creer! Gané la Libertadores en el Football Manager contra Boca en el Monumental". Todas epopeyas que siempre fueron parte de videojuegos, de debates en asados pasada la medianoche y en imaginarios paralelos comparables solamente con el fin del mundo.

Hasta que hace unos meses se empezó a preguntar por una HIPOTÉTICA, en negrita y mayúscula, posible final entre River y Boca por la Copa Libertadores. "¡Ja! ¿Te imaginás?, me muero posta si eso llega a pasar", le dije soberbiamente a un amigo a principios de octubre. River le dio vuelta el partido a Gremio, Boca le ganó sin sobresaltos a Palmeiras. Bien, señores, Boca vs. River, River vs. Boca, esa es la final de la Copa Libertadores 2018. Sí.

 

Entiendo el mensaje de paz y calma que bajan D'Onofrio, Angelici y demás protagonistas de este evento, pero yo no puedo más. La ansiedad me está liquidando. Imagino todos los escenarios posibles, y en absolutamente todos, muero. Mi mamá quiere que los sábados 10 y 24 esté medicado, disculpame mamá, no puedo trabajar bajo esas condiciones.

Posiblemente tampoco pueda trabajar con la presión por las nubes, pero bueno, sé que los seguidores de La Página Millonaria van a saber entender si durante este mes ven exabruptos en la página. Si tiro insultos de alegría, y bronca también, en esas finales virtuales entre River y Boca en el FIFA, imaginensé lo que puede pasar en la vida real. 

Retumba en mi cabeza una y otra vez la frase "serás lo que debas ser, o no serás nada", inmortalizada por José de San Martín. Perfecto entonces, que sea fútbol, que sea River.