River aplastó a Racing en la final de la Supercopa Argentina, bailó y gozó en la cancha con una actuación contundente que le dio el 12° título desde que Marcelo Gallardo asumió como técnico a mediados de 2014. Pero no todo terminó en los 90 minutos. El baile, el goce y la fiesta continuó después, durante la entrega de medallas, de la copa y en la intimidad del vestuario del estadio Madre de Ciudades de Santiago del Estero.

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Una imagen que se repite una y otra vez: los jugadores de River, una copa y la explosión de papelitos (Foto: Getty).

Una de las imágenes más divertidas de la noche durante la coronación de River se dio cuando Marcelo Gallardo se acercó a los jugadores después de recibir su medalla y recibió un baño de cerveza de parte de Rafael Santos Borré. También su ayudante Matías Biscay terminó empapado luego de que Germán Lux le volcara un enorme vaso en la cabeza. Y hubo más: porque así como ninguno de los jugadores quiso quedarse sin su foto con el trofeo, la fiesta siguió en el vestuario.

Y allí fue donde los futbolistas cambiaron de rival. A Racing ya lo habían aplastado en la cancha y afuera llegó el turno de acordarse de Boca. En pleno baile de los jugadores alrededor del trofeo, con Enzo Pérez agitando los brazos, con Angileri y Casco aplaudiendo, llegó la explosión, el salto y el pogo generalizado al grito de “cómo te duele la cola, desde el 9 de diciembre”. Sin dudas, el plantel también vive cada conquista como los hinchas y para ellos también es imposible de la gloria eterna que muchos de ellos consiguieron aquel día de 2018 en el Santiago Bernabéu.