Castel se encuentra afuera de la estancia y recuerda los momentos felices con María y la sueña niña corriendo en un caballo con su cabello al viento: …
en todo caso había un sólo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. (Ernesto Sábato)
Este es el River que nos han legado. Inmerso en un cuadro claustrofóbico y repitiendo síntomas todo el tiempo. Que sabe que está en un túnel pero que no gana en confianza para creer que todo túnel tiene, teóricamente, una salida. Es que cuando amaga ilusionarse con alguna luz al primer tropiezo se traumatiza. Se devora a sí mismo.Tanto que a los 47 segundos Cabral, rechaza equivocadamente y tira por la borda hasta lo que de su apellido dice la Marcha de San Lorenzo. Y al rato sobreviene el contagio: “El Coronel-que improvisa Gorosito-no tiene quien les escriba”. Se desentienden con el “nunca central heroico” que queda enganchado y habilita para el segundo gol. Se elevan las ansiedades, las ideas se apagan y la luz con que soñamos era la tímida llama que podían encender dos viejos sabios a los que se los carga de responsabilidad. Cuando debería ser al revés, armar una estructura técnica, táctica y estratégica que los contenga. No que los conduzca a la exposición que termina por inmolarlos. Otra vez hay sensación de técnico que ha perdido la brújula. Paniagua parece que se quedó dormido en el avión. Ríos que no fue a Canadá y es titular. Augusto que juega con las valijas hechas. Los petisos laterales que parecen aburguesados veteranos. Y un arranque de campeonato donde queda la sensación que nos hacen precio y que nos juegan a media máquina hasta los equipos antiguamente “chicos”.
En fin, mientras tanto, Leandro Carusso, el gran delantero de Godoy Cruz del clausura firma a préstamo para Vélez y todo dá que suponer que River ha rifado su prestigio vertiginosamente y parece estar mas endeudado que Huracán que por lo menos retuvo a Bolatti. Hay una sensación de encierro, olor rancio, un presentimiento de que la luz que se ve en el túnel es la de un tren que nos va a pisar.
¿Qué como se llegó hasta aquí?. “Insensato” fueron las últimas palabras que Allende le dijo a Castels, antes de suicidarse, y que éste intentó explicarse desde la cárcel luego de haber matado a María, su amor, su obsesión. Es raro que a los grandes amores no se le acerquen personalidades obsesivas. Hace rato que se han dado muestras de una manía patológica de querer a River. Otra vez se vuelven a dar señales destructivas peligrosas. La “insensatez” lo está matando…nos están matando. Aunque de a ratos nos despertemos soñando con la niña corriendo en un caballo con su cabello al viento, dan ganas de preguntarse si el Museo no tendrá también deparado un túnel para este desamparo existencial, mayor quizás, que el de los 18 años sin campeonar.
Pablo Desimone
DNI 13256698



