Se termina una semana agitada pero también de tranquilidad para Marcelo Gallardo y sus dirigidos. Luego del positivo del entrenador de arqueros, todos los testeos realizados a lo largo de los últimos días dieron negativos y el Muñeco puede darle cierre con paz mental por el tema coronavirus dentro del plantel. Este domingo, los futbolistas tendrán libre para refugiarse con su familia y prepararse mentalmente para un tramo movidito en la previa de la reanudación de la Copa Libertadores.

 

El lunes habrá borrón y cuenta nueva: luego de someterse a una nueva ronda de exámenes PCR, el plantel se ejercitará en el River Camp comprendiendo que el almanaque cada vez se acorta más y que le quedarán por delante apenas siete u ocho entrenamientos completos antes del vuelo a Brasil para enfrentar a San Pablo el jueves 17. Y que tampoco habrá demasiado margen de trabajo hasta el segundo compromiso post reinicio oficial.

Por eso hay que acelerar el proceso de aceitado. Gallardo, en ese contexto, apunta a aprovechar cada jornada para incorporar la pelota en los trabajos. De hecho el sábado, en el entrenamiento matutino, hubo trabajos técnicos en espacio reducido. El cuerpo técnico planea prácticas formales de fútbol 11 contra 11 recien para el jueves o viernes, dependiendo la evolución del plantel frente a una nueva semana de trabajo intenso. Mientras tanto, harán tareas por sectores.

Además, Paulo Díaz tendrá el alta médica para el primer entrenamiento de la semana que viene y volverá a practicar junto a todos sus compañeros. La molestia en el gemelo derecho le complicó la pretemporada, pero el chileno está listo para darlo todo hasta el día que Marcelo Gallardo decida la formación para enfrentar a San Pablo. Mientras tanto, en la enfermería de River Camp sólo queda Benjamín Rollheiser, quien poco a poco avanza en la recuperación de la rotura de ligamentos cruzados que ocurrió en febrero de este año.