River iba camino a la goleada ante Atlético Tucumán, pero sufrió demasiado en cada contragolpe y ni siquiera pudo sostener los dos goles de ventaja que sacó: igualó 2-2 en el Monumental. De esa manera, desperdició la chance de arrimarse a la punta.
Es mejor no apelar a la memoria reciente y ponerse a pensar en el próximo miércoles. De lo contrario, cada pensamiento será para seguir masticando bronca, esa sensación tan frustrante que se siente cuando River no puede ganar, especialmente en partidos tan favorables como el de hoy. Es que el Millonario obtuvo una diferencia tranquilizadora e incluso se perfilaba para estirar la cuenta, aunque recibió el descuento, careció de precisión en los metros finales y terminó igualando 2-2 ante Atlético Tucumán. ¡De no creer!
River no pudo llegar al tercer gol y luego lo pagó demasiado caro
¿Cómo se puede explicar este resultado tan negativo en el Monumental? Hay dos grandes razones: la falta de puntería para llegar al tercer tanto y las flojas respuestas defensivas en cada contragolpe del Decano. A partir de ahí se debe hacer el análisis para comprender los motivos de un empate con sabor a derrota. Tan sólo siete minutos bastaron para que River pudiera hallar los goles que se le negaron durante el primer tiempo. Golpeó dos veces y dejó al rival en situación de nocaut, pero no lo remató en tiempo y forma.
Tras una etapa inicial a pura presión, con proyección permanente de ambos laterales, el Millonario se fue al descanso en cero. Sin embargo, Milton Casco señaló el 1-0 parcial a los cuatro minutos de la segunda parte luego de un centro rasante de Jorge Moreira que Nicolás De La Cruz no pudo conectar. Enseguida, después de dos intentos frustrados por poco, llegó el 2-0: Ariel Rojas buscó al mencionado De La Cruz, que metió un pase en profundidad para que Carlos Auzqui quedara mano a mano con Cristian Lucchetti y asistiera al colombiano Rafael Borré.
Moreira y Casco brindaron un aporte interesante en ataque, pero quedaron en deuda defensivamente
Con dos tantos arriba, la serenidad creció. El conjunto que dirige Marcelo Gallardo de ninguna manera sacó el pie del acelerador y fue por más. De hecho, el Muñeco realizó variantes para el entusiasmo: Gonzalo Martínez e Ignacio Fernández por Borré y De La Cruz, respectivamente. River pasó del 4-3-1-2 inicial a un 4-3-2-1, por momentos 4-3-3. Del otro lado, Ricardo Zielinski también movió el tablero para modificar el panorama. Pese a los ingresos, la solución visitante apareció con las principales piezas ofensivas.
Los minutos finales fueron de ida y vuelta, más cerca de perder que de ganar
El descuento de Atlético Tucumán llegó cuando iban 19′ del complemento: como consecuencia de un grosero error de Alexander Barboza, Luis “Pula” Rodríguez dejó sin reacción posible a Augusto Batalla. El propio arquero evitó el 2-2 ante un cabezazo de Yonathan Cabral, pero enseguida Ismael Blanco alcanzó la paridad gracias a un desborde del imparable David Barbona en el que Casco jamás detuvo al volante visitante. A esa altura, el medio campo era una autopista, el desarrollo iba de área a área.
Si bien River sostuvo su búsqueda e intensificó los avances, perdió lucidez en el tramo final y tampoco causó suficiente riesgo en las acciones de pelota parada. Para colmo, cada réplica del Decano amenazaba con la hazaña tucumana. Ambos equipos fallaron en la definición. La peor parte se la llevó El Más Grande, que hasta podría haber tenido un penal cuando restaban pocos segundos: Rojas fue derribado en el área, aunque Federico Beligoy no interpretó penal. La pena máxima fue el 2-2, pensando a futuro en la Superliga.
+ PUNTAJES: Las calificaciones para cada jugador.
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