Se trata simplemente de un regreso formal al trabajo, y lógicamente triste porque todos ellos saben que no serán tenidos en cuenta por Gallardo. Sin embargo, Carlos Auzqui, Joaquín Arzura y los pibes Matías Moya, Alan Marcel Picazzo y Zacarías Morán Correa comenzaron a entrenarse en las canchas de césped sintético del Monumental porque deben cumplir con sus contratos laborales luego de la finalización de sus respectivos préstamos en diferentes clubes del fútbol argentino.

 

Es posible que varios de estos cinco jugadores rescindan el vínculo con River, sobre todo Auzqui y Arzura, ya que los convenios de ambos caducan en junio del año que viene y una cesión a préstamo obligaría al club de Núñez a renovar sus contratos hasta 2022. Y con los juveniles Morán Correa, Moya y Marcel Picazzo sucede algo similar, porque tienen contrato hasta el 30 de junio de 2021 y River ya les extendió el vínculo en los préstamos anteriores. El único de ellos que podría renovar hasta 2022 es Moya, que regresa de Banfield pero tendría un par de ofertas del exterior.

La situación de estos jugadores se suma a la de Iván Rossi, quien renovó su contrato con el club hasta el 30 de junio de 2021. La idea del futbolista es que River lo negocie y así, dejarle dinero a la institución que realizó una inversión por él en su momento. Luciano Lollo es el único que tiene su futuro encaminado, ya que continuaría en Banfield luego de llegar a un acuerdo de salida con River en forma simultánea. De hecho, el cordobés se está entrenando con el equipo de Javier Sanguinetti.

La contracara de la situación de estos futbolistas es que el juvenil Santiago Sosa quien renovó su contrato (vencía en junio de 2021) hasta diciembre de 2022 y con una cláusula de salida de 20 millones de euros. Así, la firma del volante central de 21 años se agregó a las de los pibes Julián Álvarez y Federico Girotti. Además, Jorge Moreira regresará a entrenarse en River Camp una vez que cumpla el aislamiento obligatorio el 24 de agosto.