El mal estado del campo de juego del Monumental se hizo sentir frente a Racing y el Muñeco no ocultó su malestar. River necesita de un césped parejo para poder desplegar su juego.
A Gallardo le sobraban razones para estar bien lleno de calentura el domingo después de la caída ante la Academia. Lo mal que jugó el equipo (“el peor partido del semestre”), el adiós a la chance de pelear el campeonato, el flojo rendimiento de la mayoría de sus jugadores. Pero había una que no estaba en los planes y que tiene que ver con el verde césped.
El campo de juego dejó mucho que desear en el partido ante Racing. Lleno de arena, desparejo, irregular, blando. Y no es la primera vez en el año que luce de esta forma. “Me preocupa y mucho y eso me enojó en la semana, ver el estado del campo muy deteriorado. No sé qué hacer ni decir de acuerdo a los muchos problemas que tuvimos desde hace un tiempo a esta parte con el estado del campo”, señaló Gallardo, visiblemente enojado.
River, se sabe, precisa de unas condiciones del terreno casi perfectas para poder desplegar su juego dinámico de toque y desmarque. Si cada jugador necesita de un tiempo extra para controlar la pelota o si cada pase tiene destino incierto por culpa de la cancha, el equipo pierde mucho de lo bueno que tiene.
“Para un equipo que juega por abajo, necesitamos el campo bueno y de una parte hasta ahora no lo pudimos tener”, indicó el DT en este sentido.
El césped difícilmente mejore para el encuentro ante Aldosivi. Después habrá tiempo para llegar de la mejor manera a la revancha del 8 de agosto frente a Guaraní.
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