Marcelo Barovero está asociado a uno de los ciclos más exitosos de la historia de River. Responsable de atajar un penal bisagra frente a Boca en la Copa Sudamericana 2014 y capitán del equipo en buena parte de la Libertadores 2015, dejó grabado su nombre para siempre gracias a la obtención de seis títulos desde su arribo, a mediados de 2012.

Hoy se cumplen cuatro años del emotivo adiós de Trapito en el estadio Monumental. Allí fue reemplazado por Augusto Batalla en el segundo tiempo para que miles de hinchas lo ovacionaran a él y Leonel Vangioni en el triunfo 1-0 sobre Gimnasia y Esgrima La Plata, cuyo arquero era Enrique Bologna.

“Me sorprendió, fue una despedida espontánea e inolvidable. Fue cerrar un ciclo que jamás hubiera soñado en mi carrera, pasar por un club de esa manera, todos los logros que hemos conseguido son para la gente. Para mí, hay cosas más importantes que te llenan por dentro como lo que me tocó vivir ese día”, manifestó el arquero del Monterrey (México), en diálogo con TyC Sports.

Además de cumplirse un aniversario de su último capítulo en River, también pasaron cinco años exactos del famoso episodio en el que Barovero y sus compañeros fueron atacados en la cancha de Boca. “La verdad que uno ha vivido muchas cosas, nacido en el ascenso, el haber jugado muchas Copas Libertadores de visitante que te tiran de todo, te rompen los vidrios y cosas que de mala manera nos acostumbramos, pero esto ya excedió todo. La verdad fue inexplicable, nadie podía pensar que alguien haría ese atentado. Sin dudas fue una noche negra, para el olvido y en cierta manera pudo haber sido peor aún”.

Barovero mantuvo el arco en cero en las copas contra Boca. (FOTO: Getty)

Barovero mantuvo el arco en cero en las copas contra Boca. (FOTO: Getty)

Frente a Boca, Trapito siempre mostró un buen rendimiento. Pero hay una acción que lo marcó eternamente al atajarle un penal a Emmanuel Gigliotti. “Lo habíamos estudiado, como a la mayoría de los rivales. Sabía que tenía que esperar hasta último momento y tener esa lucidez. Gracias a Dios, la tuve y, en cuanto al festejo, todavía quedaba mucho tiempo por delante y sabiendo cómo es el puesto del arquero era mejor esperar”, recordó.

Con un fútbol de alto vuelo, el equipo dirigido por Marcelo Gallardo se consagró campeón invicto de la Sudamericana 2014. Para Barovero, ésa fue la mejor versión de la que formó parteen el club de Núñez: “Creo que fue la copa donde se vio el mejor River. Ése fue el mejor equipo que integré. Desde el arco se veía algo que no me había tocado ver en toda mi carrera y a mí me quedó ese recuerdo. Eso nos fue potenciando y generando más hambre, el saber que podíamos y que estábamos en un momento esplendido para aprovechar”.

Más allá del éxito bajo la conducción del Muñeco, el arquero de 36 años resaltó la importancia de Ramón Díaz para volver a dar una vuelta olímpica. “Fue clave porque absorbió todo el entorno. Está claro que tiene un gran manejo del mundo River y ahí fuimos luchando día a día. No fue fácil pero tenerlo a él fue un escudo gigante para que nosotros podamos ir desarrollándonos con tranquilidad y podamos luchar hasta conseguir el título”, elogió.