El hincha de River disfrutó y padeció en una hora y media varias sensaciones. Desde la distancia -ya que no hubo visitantes- sufrió contra un rival de lo más flojo que se vio en este semestre y masticó bronca en el final del domingo.

¿Qué mejor que terminar un domingo viendo al Más Grande? Parece un chiste esa frase con el diario del lunes. Lo cierto es que River visitaba el viaducto, sin su gente físicamente presente, pero con miles de almas alentando y pendientes enfrente del televisor/computadora/radio, por todo el mundo. La ansiedad por ver cómo el Muñeco armó el rompecabezas de la formación y de qué manera River resurgía del mal juego arrastrado en los últimos partidos, contra el último en la tabla le daban un condimento especial.

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Sin embargo, el partido arrancó como nadie esperaba. River no hacía pie, Arsenal se animaba y llegaba con mucha gente al área de Batalla. Hasta que apareció el pibe que está en llamas. Sebastián Driussi hacía un movimiento de delantero experimentado, paso atrás y adelante para sacarse la marca, cabezazo y a cobrar. River ganaba 1 a 0 y a todos nos volvía el alma al cuerpo.

El comienzo del segundo tiempo nos hizo brillar los ojos. Terrible vaselina del Pity Martínez y todo era fiesta. River ganaba 2 a 0, Arsenal estaba muerto (o eso creíamos).

Ni la tele había vuelto a mostrar el partido, que Vignolo nos anunciaba que Montiel estaba siendo expulsado. Costó tratar de entender por qué fue amonestado por segunda vez, luego de ver y rever la acción nos seguimos preguntando qué pasó. Pero no hubo mucho tiempo para seguir insistiendo. Batalla sacaba por arriba del travesaño un tiro potentísimo y el 2-0 continuaba firme.

Gallardo tenía que rearmar el equipo y terminó eligiendo una alternativa extraña, que a priori denotaba lo que realmente terminó sucediendo. A la cancha Domingo y afuera Alario. River resignaba un punta, e incluso la búsqueda de un tercer gol, para cuidarse de “Arsenal” que tenía un hombre más. Parecía demasiado. Y lo fue. Para colmo se lesionó Casco, uno más para el departamento médico de River que tiene trabajo de sobra. Por el ingresó Mayada para completar la línea del fondo. Boghossian descontaba para el local y las dudas nos invadieron a todos.

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River continuó como si nada hubiera pasado, como si el partido seguiría 2-0 y en un córner Bottinelli, sí Bottinelli, empató el partido. Gritó el gol como si fuera la final del mundo, el partido estaba 2 a 2 y la bronca nos carcomió. ¿Por qué River se metió atrás? ¿Por qué le tuvimos tanto respeto al último de la tabla?

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Como si fuera una película de terror de esas malas, donde no para de morirse gente y encima de las maneras más ridículas, a River le siguieron pasando todas. Y nosotros gritándole al televisor: “Dale River, ¿no te das cuenta que ya te lo empataron viejo?”. Y se lesionó el Pity Martínez. Sí, así es la vida de River. Lesionados, expulsiones, resucitando muertos del fondo de la tabla. El partido terminó. Me cuesta decir que empatamos. Lo viví como una derrota.

+ GALERÍA: Todas las fotos de la noche:

+ LOS GOLES: Los gritos en el Viaducto.

+ FOTOS: Las imágenes del duelo en Sarandí.

+ ALARIO: Cumplió 50 partidos oficiales en River.

+ PARECE MENTIRA: Casco se fue lesionado.

+ PRESENTES: Los lesionados y no convocados fueron al estadio.

+ POSICIONES: Así está la tabla del torneo.