Franco Armani parece haber nacido para atajar en la Primera de River, su sobriedad en las situaciones difíciles sumado a sus atajadas espectaculares en momentos fundamentales lo hicieron ganarse un lugar importante en la rica historia del arco más grande del mundo. A lo largo de sus más de 120 años el Millonario supo tener arqueros de la talla de Amadeo Carrizo, Ubaldo Fillol, Marcelo Barovero y también Franco Armani, el oriundo de Casilda que desde chico soñó con defender los colores de River y desde 2018 está cumpliendo su sueño y lo hace a puro éxito.

El 9 de diciembre quedará en la memoria del hincha de River y todavía más para aquellos que tuvieron la suerte de defender los colores en la cancha, y así lo recuerda Armani en diálogo con el diario Olé: “Uno se da cuenta de lo que fue, pero hasta ahí. Porque con el trajín de cada partido no hay tiempo de parar a pensar. Creo que me va a caer la ficha de lo que fue Madrid cuando no esté más en River. Cuando me retire y esté tranquilo en mi casa o tenga un tiempito, ahí me voy a dar cuenta de todo lo que conseguí. Obvio que sé que se va a recordar por un montón de años, yo mismo vi las imágenes miles de veces, pero para procesarlo necesitás tiempo. Y acá no podés parar”.

Pero el 11 de noviembre de 2018 tampoco se olvidará nunca, aquella tarde se jugó la ida de la final y cuando el encuentro estaba por terminar –ya estaba 2 a 2- Darío Benedetto tuvo un mano a mano claro para darle la ventaja a Boca, pero Armani se lució con una tajada memorable. El Pulpo dijo respecto a esa jugada: “Yo creo que la atajada a Bendetto en la final va a marcar mi paso por River porque el hincha te lo recuerda siempre. Salís a la calle y te lo recuerda, en las redes sociales está siempre la foto de esa atajada, la ves cada dos segundos, es inevitable. Al hincha le va a quedar grabada para siempre la jugada del mano a mano. Son momentos hermosos que están en la historia: es algo imborrable”.

El sueño de defender el arco más grande del mundo

“Cuando llegué a River estaba en el hotel, y en el club me dieron el bolsón con la ropa para ir a la pretemporada. Cuando empecé a sacar la ropa con el escudo de River te juro que no lo podía creer. Veía la ropa, veía el escudo, lo miraba un montón de veces, y pensaba: ‘¡Llegué! ¡Llegué al lugar que soñé siempre, desde chiquito!’. Después, con el paso del tiempo, me fui acostumbrando. Aunque sigo mirando el escudo todavía, eh, lo miro siempre y digo ‘qué privilegiado que soy de poder estar acá, en River’. De tener la chance de haber conseguido muchas cosas en la institución, de seguir por ese camino para que a uno lo recuerden siempre. Ése también es un pensamiento mío: por cada lugar donde pase, hay que intentar dejar algo, una huella, que el hincha me recuerde con cariño”, afirmó con gran emoción Franco Armani.