(Incluye videos) Rodolfo D’Onofrio nos abrió la puerta de su oficina para hablarnos de la situación económica del club, el balance de su gestión, la decisión de incorporar a Gallardo y a Francescoli a su equipo de trabajo y el panorama de cara a Japón.
En medio de la vorágine semanal del mundo River, el Presidente del Más Grande recibió a La Página Millonaria en exclusiva para charlar de todo. Fútbol, anécdotas y sensaciones en medio de un año en el que los logros deportivos, asume, “llegaron antes de lo pensado”.
Además, en esta ola generalizada de elogios que recibe el Muñeco en su rol de entrenador, D’Onofrio revive cómo fueron esas horas decisivas en las que Ramón Díaz les comunicó que se iba. El rol de Mánager entró en acción. Enzo tuvo que mover sus fichas: “Tuvimos suerte, si Ramón nos avisaba tres días después, Gallardo no hubiera sido técnico de River. Los creyentes dirán que fue Dios, pero el mérito fue de Francescoli”.
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-Tuvimos la chance de hablar con Brito y Ballota sobre la mejoría en la situación económica de River, ¿Es imposible pensar en un club completamente saneado en diez años?
-En diez años en absoluto, antes también. Antes de que terminemos los cuatro años de gestión pienso que River va a estar completamente saneado. Tenemos un equipo de trabajo excelente, pero más allá de confiar en ellos, confío en el club. Es una institución que si no la perturbás y no robás, sale adelante. Es cuestión de ponerle inteligencia y transparencia.
-¿Te sorprende el cariño de la gente?
-La gente reconoce cuando los resultados se dan, cuando la dirigencia es transparente en todo lo que hace, es eficiente o por lo menos trata de serlo lo más que puede. Lo que me ocurre como Presidente es que se me reconoce todo el trabajo de los demás que están conmigo trabajando en el club, es decir, a mí me van a aplaudir y agradecer, o decirme muchas otras cosas si las cosas no van bien. En Chaco nos pasó que nos descubrieron los hinchas entrando al estadio y al salir al campo de juego las tribunas empezaron a corear mi nombre, pero no por mí, yo soy Rodolfo sigo siendo la misma persona, sino porque represento a River. Esto genera este club. Es muy lindo poder devolver este cariño con nuestro trabajo.
-¿Llegaste a soñar o a imaginarte tantos éxitos en tan poco tiempo?
Los éxitos deportivos llegaron antes de lo pensado
-Los éxitos deportivos no me los imaginé, creo que llegaron antes de lo pensado. Sería mentiroso si dijera que nosotros teníamos calculado que íbamos a salir campeones de todas las copas que jugáramos. Esto es un acierto que ha sido el encontrar a Francescoli, el buscar a Gallardo, el Ramón Díaz del principio. En cuanto a lo económico y al manejo del club sí me lo imaginaba, porque teníamos clarito lo que íbamos a hacer y sabíamos que íbamos a llegar a determinados objetivos. En lo deportivo: ni cabeceo, ni atajo, ni juego de defensor. Es un mérito absolutamente de los jugadores, cuerpo técnico, Mánager y de todos los hinchas y todos los socios. Una de nuestras premisas de la campaña se ve hoy en los hechos, se corrobora que un equipo es un reflejo de lo que son sus hinchas, sus socios y sus directivos. El equipo lo siente, lo percibe, todos unidos ponemos energía positiva porque queremos ganar. Hoy los jugadores llevan a cabo ese mensaje que nosotros les transmitimos desde el lugar que estamos.
-Con el diario del lunes, todos te reconocen el haber incorporado la figura de Mánager, ¿Cómo ves el trabajo de Enzo?
Siempre creí en Enzo, en su capacidad, su honestidad, su amor por River
-Ya en la elección pasada, que perdimos, estaba convencido de contar con él, siempre creí en Enzo. Creí en su capacidad, su honestidad, en su amor por River. Siempre se quejaban de que Francescoli nunca se ocupaba de nada del club, me acuerdo, como hinchas nos preguntábamos por qué no se comprometía. Él se quería comprometer, pero cuando hubiera un proyecto en serio. Demostró tener la capacidad exacta para ser el mánager, porque a veces el problema de este puesto es que muchos asumen ese cargo porque en realidad quieren ser directores técnicos, y empiezan los conflictos. Enzo no quiere ser director técnico. Él se ocupa de toda la relación entre la Comisión Directiva, Cuerpo Técnico y jugadores. Aparte, es un ídolo no solamente porque fue un jugador extraordinario, es un ídolo porque es una excelente persona, por eso la gente lo quiere tanto. Es un caballero por su modestia en la vida. Aprendo en este sentido de él, para desarrollar mi función como presidente, no hay que marearse.
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-La llegada de Gallardo a River fue una idea de Francescoli, ¿Cómo fueron esos días en los que Ramón les dijo que se iba?
-Enzo ya nos había hablado de Marcelo antes de que asumamos en River. Apenas asumimos no sabíamos si Ramón se iba a quedar, seguimos con él cuando nos manifestó que continuaría, y nunca pensamos que se iría. El día que Ramón me dijo que se iba fue inesperado, pero tuvimos suerte, porque si se demoraba tres días y venía después a darnos la noticia, Gallardo no hubiera sido técnico de River, porque ya estaba cerrado con Newell’s Old Boys. Tuvimos la suerte de que ese mismo día que Ramón nos dice que se va, sentados con Enzo y Patanián dijimos: ‘Hay que actuar, hay que hacer algo’. En ese momento Francescoli lo llama a Gallardo que estaba reunido con los directivos de Newell’s, en San Nicolás, pero como ya estaba instalado el rumor de la posible ida de Ramón, les dijo que la prioridad la iba a tener River. Que Marcelo Gallardo sea técnico de River es absolutamente mérito de Enzo y de Dios, para los creyentes.
Lejos de las anécdotas de esos días en los que la dirigencia del Millonario apostó por el entrenador que devolvió a River a las primeras planas en el ámbito internacional, D’onofrio nos habla tranquilo sobre una problemática que perturba a los hinchas de River: el posible regreso de los visitantes al fútbol argentino, ¿Repercute en los socios que actualmente acuden al Monunmental?. Además, la ansiedad por el Mundial de Clubes y los planes para que el Campeón de América dispute amistosos en el exterior.
+ Los visitantes, Japón y los torneos de verano en la voz de D’Onofrio