Hernán Castillo pasó por LPM TV, confesó su amor por River y contó detalles sobre el día a día del Burrito como jugador del Más Grande: “Lo cuidábamos todos, los compañeros también. Después, el domingo hacía dos goles, unos amagues y se caía el Monumental”.

Hoy es un reconocido periodista en TNT Sports, pero Hernán Castillo inició su camino cerca de la estación de Constitución, en plena Ciudad de Buenos Aires. Y el destino quiso que su pasión por la profesión esté ligada al amor por los colores: “Hice una pasantía en Clarín en 1996, empieza la Supercopa 97 y Miguel Ángel Bertolotto que era el editor me mandó a cubrir River y yo le dije que encantado”.

“Había 100 jugadores para entrevistar, todos eran nota, Celso Ayala, Gancedo, Lombardi, Sorín, Placente, Astrada, yo tenía 23 años y tenía la pasión intacta. Al principio me costó manejar la pasión cuando empecé a trabajar, después se me pasó casi por completo y ahora por mi nene Nicolás de 5 años, estoy cada vez peor, porque el me habla de Enzo Pérez, Nacho Scocco, me dice de ir a la cancha, reconoce la camiseta, está muy fanatizado y me volvió a meter”, explicó Castillo en LPM TV, por FWTV.

A su vez, Hernán confesó que hay un jugador que todavía le toca las fibras más íntimas de su hincha riverplatense: “Ortega es la vida, me puede todo. El más grande por lo que me contó mi papá es el Beto Alonso, yo fui a su despedida y nunca vi al Monumental así de lleno, se me pone la piel de gallina de recordarlo. Pero al Beto yo lo vi poquito, es más por lo que me dijeron, Ortega pasa y hoy no puedo contenerme. Lo cruzo a veces y tengo que parar a hablarle y el se ríe porque sabe lo que me produce”.

“Ariel me dejó plantado 700 veces, te decía ‘uy me olvidé’, me acuerdo en una pelea con Passarella, sale del vestuario y me dice “decí que me voy, porque lo voy a matar a este”. Al otro día salgo en Clarín con una tapa “Ortega se va de River”, y al día siguiente Ariel sale a hablar “no, yo me quedo, no tengo ningún problema”, y te terminás riendo, porque nunca lo hace de maldad, no te usa Ortega, en ese momento el sentía eso”, agregó el periodista.

Por último, Castillo confesó que pasó por alto varias picardías del Jujeño. Y no sólo él, ¡también sus compañeros!: “Mil veces le ocultamos cosas. Con Ramón a veces Ortega no iba a entrenar y el Pelado nos decía a los periodistas que estábamos cubrinedo, “Ariel no vino hoy, ojo”, y lo cuidábamos todos, los compañeros también. Después el domingo venía hacía dos goles, unos amagues y se caía el Monumental”.

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