Con la eliminación en la Copa Libertadores y prácticamente sin chances de ganar la Liga Profesional, River deberá enfocarse en clasificar a la Libertadores 2025 para, al menos, salvar un año muy flojo. Uno por uno, los puntajes de los futbolistas del Millonario durante el segundo ciclo de Marcelo Gallardo.
Franco Armani: (7,5)
La llegada de Ledesma le generó la competencia que necesitaba para reencontrarse con su mejor forma. Ratificado como el arquero titular y capitán, el Pulpo es uno de los menos responsables de este momento de River. De hecho, con atajadas claves en partidos importantes, le permitió al Millonario sostener resultados que podrían haber sido adversos.
Jeremías Ledesma: (6,5)
Pocas pero muy correctas apariciones. No solo potenció a Armani, sino que incluso habiendo llegado desde Europa entendió el lugar que le tocaba ocupar, y cuando tuvo que aparecer lo hizo con creces. Si falta el campeón del mundo, hay garantías de que el arco está bien cubierto.
Fabricio Bustos: (5)
Llegó, se puso la camiseta y jugó. Sus primeras apariciones nos hicieron recordar que un lateral derecho podía atacar y defender, siendo gravitante en los dos rubros. Pero fue más un chispazo inicial que otra cosa. No logra ser determinante en ataque, poca profundidad y todavía no mostró su mejor arma: los centros llegando al fondo.
Germán Pezzella: (7)
Sin dudas uno de los mejores de este breve ciclo. Desde el primer momento mostró su chapa de campeón del mundo y toda su jerarquía para ganar duelos individuales terrestres y aéreos, pero también para salir jugando. Su única mancha es lamentablemente un partido bisagra: la ida en Belo Horizonte con Atlético Mineiro.
Paulo Díaz: (3,5)
Estuvo muy cerca de irse en el último mercado de pases pero se quedó con una importante mejora contractual. Desde allí no pudo sostener su nivel. Errores garrafales y hasta falta de confianza para un zaguero que parecía sólido y confiable en todos los aspectos del juego. Por ahora, sus rendimientos no están a la altura del jugador que es.
Leandro González Pirez: (6,5)
Uno de los recuperados por el Muñeco. Pese a ser decididamente suplente, es la primera alternativa en la zaga y volvió a ser aquel del primer semestre del 2023. Confiable en el fondo y con la capacidad de entender momentos y no tomar riesgos de más. De los mejores en el Superclásico, y de los pocos rescatables en Brasil.
Marcos Acuña: (6)
Le dio un notorio salto de jerarquía a la banda izquierda y sí mostró todo ese ímpetu ofensivo para ir hacia adelante y llevarse todo puesto, pero sin perder criterio para terminar las jugadas. Pero fue de más a menos, y no pudo pesar en la serie que vino a jugar: las semifinales de Copa Libertadores. Se perdió la ida y en la vuelta tiró muchos centros pero sin precisión.
Enzo Díaz: (4)
Cuando faltó Acuña le tocó jugar y cumplió, pero la diferencia de jerarquía es abismal, tanto en la faceta defensiva como ofensiva. No hizo pie en Belo Horizonte, y todavía no logra ser decisivo con sus centros, que en algún momento supieron crear peligro. Levanta por su buena actuación en el Superclásico.
Milton Casco: (4)
El bombero de Gallardo, jugó por izquierda y por derecha y sus rendimientos fueron tan regulares como intrascendentes. Ramírez lo salvó al no cobrarle un claro penal contra Defensa y Justicia, pero Milton lejos está de ser el origen de los males de este equipo.
Matías Kranevitter: (5)
Irregularidad física y futbolística. Se acomodó como el volante central de Gallardo y rápidamente mostró no solo una mejoría en su nivel sino también en confianza. Se lo ve más rápido y más preciso, pero todavía le cuesta imponerse en el medio, sobre todo ante rivales de peso. Gran serie contra Colo Colo. Casi nunca completa los 90 minutos.
Rodrigo Villagra: (3)
Si bien levantó su nivel en los últimos partidos, todavía no es una alternativa confiable para Gallardo, que lo tuvo frizado un tiempo para reacondicionarlo física y futbolísticamente. Es uno de los que tiene chances de irse en el próximo mercado de pases.
Nicolás Fonseca: (3,5)
Fue descartado por Gallardo pero se quedó ante la lesión de Aliendro y terminó sumando más minutos de los esperados, incluso en partidos importantes. Su partidazo en el Superclásico lo salva de su floja actuación en Belo Horizonte. En los demás partidos, no resalta ni para bien ni para mal. Todavía comete errores infantiles.
Santiago Simón: (6,5)
De lo mejorcito de la era Gallardo. Jugando en su posición, recuperó la confianza y fue una de las figuras de las series con Talleres y Colo Colo. Juega casi siempre y no desentona. Asiste pero le falta gol. No fue trascendente en una serie con Mineiro en la que River casi que prescindió de los volantes: en la ida le ganaron la zona, en la vuelta fue puro bochazo al área.
Maxi Meza: (3)
Fue uno de los cuatro refuerzos de Gallardo, y aunque prometió con sus dos primeras apariciones (minutos ante Gimnasia y asistencia de crack a Simón vs. Talleres), se diluyó rápidamente. Gallardo alegó que no está bien físicamente, pero de igual forma juega mucho y hace poco. En la cancha es intrascendente y siempre es de los primeros en salir.
Nacho Fernández: (3)
Más allá de una levantada inicial durante los primeros partidos de Gallardo, no tardó en volver a ser el Nacho que vemos desde que volvió en 2023 (a excepción de unos pocos partidos en el primer semestre de ese año). Impreciso, lento, no gambetea, no asiste, no convierte y pierde muchas pelotas.
Manuel Lanzini: (4,5)
Todavía no está ni cerca de alcanzar todo su potencial, pero al menos intenta algo distinto cuando ingresa, porque rara vez es titular. Está más ágil, se adaptó al rol de conductor y fue la figura en La Bombonera. Le falta ser más regular y decisivo, pero es de las pocas alternativas más o menos confiable de Gallardo. Su continuidad más allá de diciembre está en duda.
Claudio Echeverri: (4)
El año del Diablito fue más ilusión que otra cosa. Chispazos de crack pero nada más que eso. Metió el primer gol del ciclo, pero suma más malas que buenas en todos los sentidos: decisiones con la pelota en los pies y actuaciones. Juega mejor cuando entra del banco que cuando es titular, pero convierte poco y asiste menos. Se irá a Manchester City en enero.
Franco Mastantuono: (6)
Pide pista hace rato para ser titular porque mezcla características que los demás volantes de River no le dan ni juntos al equipo. Rebeldía y atrevimiento de ir hacia adelante, cambio de ritmo, criterio para decidir y terminar las jugadas. No está fino de frente al arco.
Pablo Solari: (3,5)
Jugó contra Gimnasia y un puñado de minutos con Talleres y luego estuvo parado por varios partidos. Recién volvió a ver acción en los últimos encuentros, y sin poder romper con la tónica de un equipo que juega mal y no hace goles, al menos ganó por ese ímpetu que tiene de ir para adelante y terminar las jugadas.
Facundo Colidio: (6,5)
Uno de los mejores del ciclo Gallardo, aún pese a sus flojos primeros partidos con el Muñeco de DT -quien lo ubicaba como extremo-. Jugando de delantero, Colidio metió goles, fue de los puntos más altos en el Superclásico y de lo poco rescatable ante Mineiro. Es, sin dudas, uno de los pocos que hoy tiene su lugar ganado. De todos modos, tampoco convierte en este presente adverso de River.
Adam Bareiro: (3)
Una correcta actuación en el Superclásico es todo lo que hizo en River el delantero que generó una de las novelas del mercado de pases del fútbol argentino. Todavía no convirtió en los alrededor de 500 minutos que lleva disputados.
Miguel Borja: (3)
Pésimo presente del goleador implacable que tuvo River en el primer semestre. Es cierto que el equipo no le genera situaciones, y que el DT lo obliga a una tarea que lo desgasta e incomoda, pero también que está impreciso con la pelota en los pies, falto de confianza de cara al arco, y casi no gana pelotas divididas aún pese a su buen porte físico. Pelea más de lo que juega y lleva solo tres tantos en la era Gallardo, y uno en los últimos siete (de penal ante Vélez).
No se tuvieron en cuenta a jugadores de prácticamente nula participación, tales como Gattoni, Funes Mori, Zabala, Sant’Anna, Aliendro, Pity Martínez y Ruberto.