¡Que bronca provoca verlo jugar a River de esta manera! Y aca no importa si son titulares o suplentes, porque la que sale a la cancha es la camiseta y el escudo. Son los colores. Los simbolos a los que siempre se deben cuidar y respetar. La única manera de hacerlo es estando a la altura. Dando la talla. Dejando todo del primero hasta el último minuto. Jugando al fútbol con espíritu y capacidad. Entendiendo que todos los partidos son importantes y que el prestigio que se supo conseguir a lo largo de la historia, está prohibido regalarlo.
No puede volver a pasar
Lo que sucedió en Tucuman no debe repetirse. Durante 90 minutos se vió un equipo absolutamente desganado. Como si este partido fuese poca cosa para un grupo de futbolistas que hace tiempo no ganan nada. No hay excusa posible por mas que todos tengamos en claro que lo importante será el próximo miércoles en Brasil. No es motivo, ni justificación el duelo inmediato contra Palmeiras para que la imagen de un equipo de River Plate sea tan triste como la que vimos este sábado a la noche por el campeonato argentino. Es inadmisible notar desde afuera como adentro de la cancha no hay reacción, no se dan tres pases seguidos, se rinden ante la friccion física que impone el rival y se transmite una sensación de impotencia absurda para la grandeza de este Club. Una falta de espíritu alarmante. No se percibía una sola señal de que algo positivo podía pasar en el partido. Desde el inicio fuimos superados y nos entregamos a esa realidad evidenciando una apatía imperdonable. Los dirigidos por Marcelo Gallardo no dieron batalla. Ni colectiva ni individualmente se pudo encontrar una solución, al menos momentánea, para todos los problemas que sufrió a lo largo de toda la noche.
River tuvo una pésima actuación en Tucumán y no dio la talla nuevamente.
En una semana pasó de disputar su mejor partido a jugar el peor. La brecha de lo mostrado en La Plata ante Estudiantes fue enorme en comparación al de Atlético Tucumán. Y no solo eso. En apenas 4 días perdió la misma cantidad de partidos que en todo el año. Fue una invitación a que lo dañen. Regaló los 2 goles. En el primero una falla grave de Jeremias Ledesma y en el segundo un penal ingenuo cometido por Sebastián Boselli. No se aprende de los errores. Le volvieron a convertir de cabeza tras una pelota parada como ya lo habian hecho Palmeiras, Estudiantes y Libertad. Otra vez le faltó futbol en el mediocampo y esa presencia en la delantera que sea sinónimo de peligro en el área contraria. La derrota fue dura pero la forma fue peor. No es común ni suele pasar con frecuencia que no encontremos al menos un aspecto para destacar. Lo de River en Tucuman fue triste y feo.
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Nada para rescatar
Ni siquiera se observa un rendimiento individual que podamos mencionar como algo valorable. Ningún futbolista de River superó los 5 puntos de calificación y posiblemente la mayoría haya jugado por debajo de los 4. Ya nos referimos a la responsabilidad del arquero en el gol que abrió el marcador y al igual que con Godoy Cruz no dio seguridad. Fabricio Bustos retrocedio en esa levantada que parecía atravesar. Mencionamos tambien la falta de oficio al cometer un penal evitable de Sebastian Boselli, quien sigue desaprovechando sus oportunidades. Milton Casco tuvo un partido como para pensar en el fin de un ciclo que supo ser muy bueno pero del que ya no parece quedarle nada. Matias Galarza llegó hace poco y merece tener un periodo de adaptación pero mientras tanto le pedimos que al menos pueda parar una pelota sin que le rebote 5 metros. Facundo Colidio posiblemente sea el delantero de rendimiento mas parejo y regular en este 2025 pero anoche jugó como si estuviese “ofendido” por haber perdido su puesto de titular y no hizo más que justificar su presencia actual en el banco de suplentes. Y que decir de Miguel Borja. No hay rastros de ese goleador barbaro que supo ser y muchas veces defendí ante el enojo popular. Su actitud es reprochable y una actuacion como esta debería ser motivo de evaluación interna para saber si seguir contando con él o no, de aquí a fin de año cuando finaliza su contrato. A los pibes del club no se los critica ni se los analiza con la rigurosidad que se utiliza para los profesionales. Se los espera y alienta para que puedan transcurrir sin presiones su periodo de consolidación y madurez que los convierta en piezas importantes en un futuro no tan lejano. Son claves estos minutos en cancha para tener rodaje y adquirir roce físico. Por ahora se los observa frágiles y aún un poco verdes para las exigencias de Primera División.
Borja, otro que tuvo una noche para el olvido en Tucumán.
Brasil, solo pensar en Brasil
Ahora habrá que superar rápido este mal trago en Tucuman para mentalizarnos en hacer un gran partido en San Pablo. Vamos perdiendo 2 a 1 y faltan 90 minutos. Enfrente tendremos un adversario que juega mejor que nosotros y que atraviesa un presente positivo. A diferencia de nosotros, llega a ests revancha agrandado y ganardor. Es difícil asimilar ese dilema de tener que dar vuelta un resultado sabiéndonos inferiores. ¿Se debe salir rápido y de entrada a buscar ese gol que iguale la serie o no debemos regalarnos, aguantar y saber esperar el momento indicado para lastimarlos? Tarea para el técnico. Es necesario que Gallardo haga la lectura correcta de lo que el partido requiere y diseñe la estrategia táctica adecuada que le permita al equipo sentirse seguro en el campo de juego para lograr lo que hoy parece algo difícil. Los jugadores deberán entender que estamos ante una final y habra que disputarla como tal. Cabeza fría y corazón caliente. Fútbol y huevos. Orgullo y verguenza deportiva. Jugar con la grandeza que merece esta camiseta. La gente volverá a confiar en ustedes. Ojalá no los vuelvan a defraudar.
