No parece casualidad que las iniciales de Giuliano Galoppo empiecen con la misma letra con la que se escribe la palabra “gol”. Es que, aunque nunca haya sido un delantero nato, sí muestra sed permanente de sangre con la redes rivales y además diferentes tipos de recursos para terminar las jugadas, algo muy poco habitual en un volante de más tintes defensivas por sus características naturales.
Pero las estadísticas de su carrera no mienten. En lo que respecta al fútbol argentino entre Banfield y River promedia un gol cada cuatro partidos, inclusive marcándole a Boca en la Bombonera y a River como rival con la camiseta del Taladro. Mientras que en su paso por Brasil, jugando muchos menos minutos totales en promedio, acumuló un gol cada seis encuentros. El número final marca 36 en 166, lo que prácticamente le asegura un gol por mes en clubes como River que juegan entre cinco y seis partidos en ese lapso.
Y tampoco mienten sus acertadas palabras para describir sus cualidades goleadoras, como cuando ayer fue consultado post victoria ante Godoy Cruz, donde marcó dos y pudo haber metido uno más todavía. “Es estar en el momento y en el lugar correcto. Uno tiene que aportar en el juego y también llegar por sorpresa al área rival. El gol hay que sentirlo“, expresó Giuliano, y creo que en esas frases se encierra el resumen perfecto de su oportunismo y también de su ambición.
Es que lo que más llama la atención es su versatilidad a la hora de fabricarse situaciones, mezclado con su sapiencia y olfato para ocupar siempre los lugares correctos donde va a caer la pelota para terminar las jugadas. En River ya metió goles de afuera del área, de rebotero aprovechando un error del arquero rival, de cabeza, de derecha y de zurda. Todo un repertorio gigante para tratarse de un mediocampista.
¿Le alcanza con sus grandes virtudes ofensivas y el resto de sus carecterísticas para ser titular?
En esta realidad de River donde el gol no florece en esa línea del equipo, creo que de mínima debiera ganarse buenos minutos en todos los partidos. A eso se le suma que Kevin Castaño bajó su nivel en las últimas semanas, y que Matías Galarza todavía está en proceso de adatptación, y en estos dos aspectos es donde el hecho de poderse ganar un lugar entre los once se justifica un poco más.
Por otro lado se sabe que Enzo ya no puede llegar tanto al área rival en este momento de su carrera, que Castaño tiene solamente 3 goles como profesional, que Nacho y el Pity hoy ya no tienen el mismo empuje en los últimos metros que antes, y que Galarza no siente tanto el gol en su juego. Y es ahí también donde su titularidad puede cotizar en alto, sobre todo en partidos de eliminación directa como el que se va a jugar el jueves en el Monumental.
En el mientras tanto, si el físico lo acompaña porque ha estado parado en diferentes momentos por lesiones, lo más importante es que Galoppo siga sumando minutos y confianza. Y si eso sucede los goles seguirán llegando. Porque GG son Goles Garantizados, como lo marca su presente, su pasado y seguramente también su futuro.
